c a pí t u l o 10

2.4K 241 9
                                    

Unas horas después se formó un gran alboroto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unas horas después se formó un gran alboroto. No precisamente el que Evan esperaba.

Renly apareció de la nada, gritando con desesperación que el rey estaba gravemente herido. Todos y cada uno de los sirvientes se apresuraron en asistirlo, Pycelle incluso pasó corriendo lo más rápido que podía y muchas personas se aglomeraron en la habitación real.

— ¿Qué ocurrió? —cuestionó el rubio.

El menor de los hermanos Baratheon soltó un largo y pesado suspiró. Renly apenas lograba reaccionar, aún estaba en shock por tanta sangre y la desesperación de no saber qué hacer. Después de todo, aunque fuera su hermano, era el rey.

— Un jabalí. —dijo. Pero Evan necesitaba algo más que eso— Robert había bebido mucho. Y todo fue tan rápido...

Evan soltó un suspiro.
En ese momento, Ned Stark pasó a su lado, para dirigirse a la habitación del rey. El norteño ignoraba que Evan había escuchado la conversación que mantuvo con su madre, así que se portó con cortesía frente a él. Pero Evan supo desde ese momento, por la mirada que le dedicó, que Ned Stark ya no se fiaba de él ni de nadie que tuviera sangre Lannister.

Aproximadamente una hora después, le permitieron ingresar a la habitación. Prefirió guardarse sus palabras al ver a Joffrey al borde del llanto a un lado de su padre mientras éste le hablaba y le aconsejaba del futuro que le esperaba como rey.

— Debí pasar más tiempo contigo. —le decía arrepentido— Nunca he tenido madera de padre.

Joffrey retuvo las lágrimas en sus ojos tanto como pudo. Después de puso de pie y salió rápidamente de la habitación. Cersei pudo salir detrás de él, si no fuera porque su primogénito seguía en la habitación, y cuando Evan y Robert estaban juntos nadie podía esperar algo bueno.

— Acércate, muchacho.

El rubio tomó asiento en el mismo lugar donde hace segundos estuvo su hermano.
Pycelle había sido claro; cuando ya no había nada que hacer, sólo quedaba esperar. La herida era muy grave, había perdido mucha sangre. Los minutos del rey se iban acabando.
Y puede ser que no tuvieran una buena relación, pero a pesar de eso y de todo lo que ahora sabía, seguía siendo su padre, y le dolía saber que en cualquier momento moriría.

— Cuando era niño solía creer que eras invencible, que nada podía matarte. ¿Y un jabalí, Robert? ¿Fue lo mejor que se te ocurrió?

Robert suelta una carcajada por primera vez ignorando el dolor. En su interior, lo que más lo atormentaba era el arrepentimiento de haber dejado pasar tantas oportunidades de tener una buena relación con su hijo. Si tan sólo lo hubiese escuchado al menos una vez, si no lo hubiese presionado tanto. ¿Por qué siempre tuvo que dejarlo para el final? Justo ahora cuando lo que menos tenía era tiempo.

— Perdóname, hijo mío. Por todo lo que hice, y por todo lo que no. Toda la vida te enseñan a pelear, a matar y a defenderte, pero nunca a ser padre.

LA MALDICIÓN DE UN PECADO ⚜️ HOUSE LANNISTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora