Solo una noche

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Me encontraba recostada sobre mi cama, con mi cabello hecho un desastre, en pijama, abrazando un rosado conejito de peluche, ya iban a ser las 11 p.m., pero no tenía ni una pizca de sueño, ya habían pasado unas 6 horas desde que me confese a Amajiki, siempre lo supe, que en el instante en el que le hiciera saber sobre mis sentimientos seria totalmente rechazada.

Flashback

-N-no es lo que quería decir, b-bueno si, lo siento, solo olvida eso por favor (cubrí mis rostro con ambas manos deseando desaparecer o retroceder en el tiempo).

-Hayami lo siento (por favor...), yo solo... (no lo digas) te veo como una amiga (pude escuchar que mi corazón hacia el mismo ruido del cristal rompiéndose en miles de pedazos, dolía, a pesar de que me esperaba esa respuesta, seguia doliendo mucho), gracias por enamorarte de alguien como yo (finalizo con una sonrisa sincera, pero en sus ojos había otra cosa, quizá era lastima por no corresponderme, no quería eso).

-Esta bien Amajiki, se que no te gusto de esa manera (forcé una sonrisa, apreté fuertemente los dedos de los pies porque sentí que me derrumbaría en cualquier segundo, sentí las lagrimas a punto de acumularse en mi ojos), solo quiero que podamos seguir siendo amigos como hasta ahora, por favor no me evites, si esta bien para ti claro (ya quería terminar con esto y correr a mi habitación).

-Por supuesto, tampoco quiero perder tu amistad.

-Entonces te dejo descansar, nos vemos mas tarde ¿de acuerdo? (dije sacudiendo mi mano al mismo tiempo que entraba en el ascensor).

-Si, nos vemos en un rato.

Luego de entrar a mi habitación me recargue de espaldas a la puerta y me deje caer lentamente, hundí mi cara entre mis pierna, llore en silencio, había contenido muy bien mis lagrimas, y como si estuviesen programadas, salieron al estar dentro del cuarto.

No recuerdo cuanto tiempo pase en esa posición, pero me levante hasta quedar con los ojos secos, mis piernas dolian, mi pecho quemaba, me di una ducha, no me atrevi a verme en el espejo, no debia preocuparme por los deberes, pues ya los habia terminado antes de volver a la residencia y mi telefono móvil seguia en dentro de mi bolso, no tenia fuerzas ni ganas de mirarlo, cerre los ojos, pero no lograba conciliar el sueño, pase las yemas de los dedos suevemente sobre mis ojos, estaban algo abultados, me levante por una pequeña toalla y la empape de agua fría en el lavabo del pequeño baño, alce la vista curiosa de mi aspecto, horrible, no queria que nadie notara mis ojos hinchados y preguntara que habia pasado, me apresure a colocar la humeda y helada toalla sobre mis ojos, moví mi brazo de un lado a otro buscando mi mochila en el suelo junto a la cama, al sentirla abri los bolsillos externos en busca de mi móvil, alce el improvisado paño de mi ojo derecho para mirar la pantalla, la intensa luz me hizo apretar los ojos, baje el brillo y lo desbloquee, no habia mensajes, llamadas perdidas o alguna notificación, lo bloquee y lo puse bajo mi almohada, volvi a tapar mi ojo descubierto y suspire pesadamente, me sentía sola, queria que alguien me abrazara y me consolara, no queria contarselo a Nejire, era tan honesta y franca que conociendola podria decir sin querer, algo que hiciese sentir mal a Amajiki; suspire nuevamente y me resigne, me dolía la cabeza asi que no me quedaba nada más que dormir a costa de mi pesar.

Desperté cerca de las 12:20 a.m., me lavante a ver mi rostro en el espejo del baño, la hinchazón a causa de mi llanto se habia ido, al igual que mis ánimos, solo quedaba un leve rastro rojizo bajo mis pestañas inferiores, tomé mi móvil y me sente en un pequeño y esponjoso sillon junto a la ventana, miraba el las resplandecientes estrellas y la luna llena, que me recordaba a Amajiki.

Tenia mis ojos cerrados, pero ya no lograba conciliar el sueño, llevaba unos 30 minutos sentada ahi, 12:57 a.m., mi celular empezo a sonar, me sorprendi mucho al ver el nombre en la pantalla.

Nuestro hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora