|Capítulo 006|

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Isabel no salía de su estupefacción el papel que le mostraba el traicionero de Amir afirmaba lo que había dicho el idiota de Jassier hace dos días, no podía creer. Ella estaba que saltaba de la rabia pero sabía que debía controlarse y mantener la calma. Como se había olvido aquello por completo.

—¿Estas diciendo... que yo sigo casada con él?— preguntó enojada, Amir por su parte se sonrojo apenado. Habian pensado hablar con ella después de la boda entre su alteza y la señorita Malissa pero Alá solo sabe como transcurrían las cosas y sin duda no metería la mano en aquel fuego.

—Usted debe entender...no queríamos llegar a esto pero usted tampoco ayudó con la situación— expuso incómodo con toda la situación la cual sin duda escapaba de sus manos, Isabel hizo una pequeña mueca.

Vio a la pequeña Layla como dormía en su cunero, la niña era un Angel se levantaba solo cada dos horas y luego se volvía a dormir, no era para nada una niña activa, solo algo quejosa cuando la cambiaban.

—Debes entenderme... si yo le fuera dicho, él me hubiera quitado a Layla— añadió luego de un rato, Amir quiso soltar una gran bocanada de aire, sin duda ambos eran el uno para el otro pensaban en lo que podían llegar hacer más nunca contemplaban que harían todo lo contrario.

—Él no le hubiera quitado a Layla, la fuera dejado aquí con usted pero haría visitas cada semana en uno de los casos pero Layla apenas acaba de nacer así que por favor señora...— calló que más podía decirle para que las cosas fueran sencillas—. Usted sabe cuál es su deber y yo sé cuál es el mío, y es decirle que por lo menos debe permanecer el tiempo restante del contrato que se estima acá, ademas al entrar en una demanda de divorcio igualmente les darán seis meses para una reconciliación;no haga esto más difícil para todos.

—El contrato hace mucho tiempo inspiró— gruño ella.

—Usted estaba acá por su seguridad, no porque su majestad lo deseara...así que le ruego que no haga esto más difícil y tampoco piense que el señor Amhad podrá ayudar lo que él hizo estaba mal y él ahora tienes sus propios problemas— le dijo, aquella era la única información que podía darle—. Él ya se encuentra en Qatar y usted debe acompañarnos al igual que su familia.

—No iré a ninguna parte— gruño ella.

Amir apreto suavemente su tabique, como le diría a la mujer que tendría que ir no quería que aquello se convirtiera en un lío pero ante todo ella seguía siendo la jequeza consorte.

—Usted como monarca debe hacerlo, es su deber luego de seis meses si quiere regresar a Londres lo hará, especificaremos mejor las clausulas— intento negociar, era la última opción que le quedaba en mente—. Por favor, señora.

El hombre casi estaba por ponerse de rodillas. Isabel por su parte jadeo de la sorpresa.

—¿Qué gano yo con hacerlo de este modo?— preguntó ella.

—Qué tal vez usted pueda luego de esto llegar a una mediación y pueda traer a la princesa con usted— dijo la verdad aquello era lo único que podía decirle, la sinceridad era una de sus mayores virtudes.

—¿Cómo se que no me estás mintiendo?— dijo con voz baja.

La puerta fue abierta por Jassier habia escuchado casi toda la conversación sabia que Isabel no confiaría de nuevo en él por eso debía ganarse su confianza.

—Firmaremos un acuerdo donde esté esa cláusula y para que te sientas mejor al terminar la fecha limita el contrato podrás irte si así aún lo deseas — dijo él, Isabel alzo una ceja interrogante ¿Si aún deseaba irse?¿Enserio pensaba que se quedaría en Qatar?

El regreso del Jeque ✔️حيث تعيش القصص. اكتشف الآن