|Capítulo 021 | Final

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Dos año después.

Isabel se sentía plena junto a toda su familia, su hermano junto a su esposa y su madre se encontraban de visita por el cumpleaños de Layla, quién cada día se parecía aún más a ella y sabía que sacaría de su confort a Jassier era una traviesa y aventurera nata como su madre y necia como su padre; cada día estaba más feliz con la desición que había tomado arriesgando su vida aunque la recuperación fue un poco dura  los primeros meses con los efectos secundarios luego de que su corazón dejará de latir pero ahora latía más fuerte.

Sintió unos brazos rodearlas y un beso casto en su nuca, el aroma inconfundible de su esposo la inundó.

—¿En qué piensas?— le preguntó él.

—En lo feliz que estoy ahora y la gran familia que somos— dijo observando a el pequeño sobrino de Jassier ser perseguido por su hija.

Había sido complicado sentar lazos con Adelaide, aunque al final no podía negarse más allá de la mala relación que tenían con Ahmad quién en los últimos dos años solamente solía enviar regalos y mensajes.

—Tienes razón, nada mejor que contar con la familia— soltó un largo suspiro—, por cierto tengo una sorpresa para ti.

Cogió su mano entre las suyas y la guío dentro de la casa hasta la habitación de Layla, Isabel frunció el ceño y lo miró desconcertada.

Lo único que había fuera de lugar era una gran sábana que cubría algo.

— Esto sonará raro pero ¿Qué estámos haciendo aquí?— le interrogó.

—Bueno...— empezó no estando totalmente seguro—, quería poner sobre la mesa sobre tener otro pedacito de tuyo y mío.

Isabel hizo una mueca y apartó la mirada, luego lo observó interrogante.

—¿Esta es tu forma de converseme?— preguntó incrédula.

Jassier rascó su nuca nervioso.

— Tener un bebé debe ser una decisión de los dos, se qué tal vez sonará muy pronto porque Layla solo tiene dos años... .  Pero últimamente pienso en ti viendo crecer poco a poco tu barriga y hablarle cuando estuviéramos acostados apunto de dormir o simplemente sintiendo como se mueve, simplemente quiero amar esa faceta, consentir tus antojos o intentar complacerte en lo que necesites— dijo apretando suavemente sus manos—. Asi que traje está cuna la cual he estado Armando yo mismo los últimos meses.

Se acercaron y quitó la sábana que cubría la cuna, era blanca con pequeños bordes en la parte superior, Isabel paso sus dedos por la superficie de esta y se giró sobre sus pies y miró a Jassier con intensidad y mordió su labio inferior.

— Yo también quiero vivir eso contigo mi amor— se lanzó a sus brazos y tomo su rostro entre sus manos y lo beso con fiereza.

Ambos jadeando se separaron por la falta de aire.

—No pensé que fuera tan fácil converserte de tener otro bebe— dijo él.

—Ahora solo tenemos que empezar el proceso del bebé— murmuró ella con voz sensual—, o también a empezar a practicar.

La levantó del piso haciéndola girar en el aire.

—Me haces el hombre más feliz en el mundo— dijo con seguridad.

—Y tu a mi, esposo mío.

Esa noche.

Jassier entró en la habitación luego de acostar a Layla, quién al parecer todavía seguía estando muy activa. Sabía que su hija robaría muchos suspiros al crecer, iba a ser una gran regente y lo sabía, desde pequeña tenía ese sentido de liderazgo aunque fuera para cometer travesuras.

La contempló parada bajo la luz de la luna que se filtraba por la ventana de la habítacion, era una vista espectacular. Se acercó con un paso agazapado, Isabel contuvo la respiración cuando lo noto acercarse y sintió su cuerpo temblar de anticipación por  sentir las manos de Jassier sobre su piel, como sería sentir de nuevo sus labios sobre los suyos. Siempre anhelando cada vez sus caricias.

Jassier se acercó y beso robandole todo el aliento, la desnudo poco a poco, acariciando la y demostrando le su devoción, su cabello cubría aquellos hermosos y pequeños senos, los lamió, beso y así fue bajando hasta llegar aquel pequeño lugar que gritaba por atención y le hizo sentir en el cielo con sus dedos y con su boca, Isabel jamás había sentido un fervor como aquel. Aquella ansia de obtenerlo todo, de llegar hasta la cima y caer de golpe. Ella también  lo hizo lo acarició y lo besó sin ningún pudor, ambos se acostaron sobre aquella suave tela, sus cuerpos encajaban perfectamente como si estuvieran hechos uno para él otro. Cuando Jassier se introdujo en ella, se sintió extasiado era estrecha y aquella sensación era agradable, se introdujo poco a poco haciendo que Isabel soltara pequeños gemidos de placer. Jassier la llenaba por completo moviendo sus caderas de forma rápidas y lentas, besos, caricias y gemidos ambos llegaron al éxtasis. Siempre haciendo desear cada tramo de su cuerpo, se arqueo al sentir como ese pequeño cosquilleo se iba conviertiendo en una sensación desgarradora, gimió su nombre y en pequeñas súplicas que no parará.  Jassier se corrió dentro de aquel pequeño cuerpo, sus cuerpos estaban sudoroso,  la beso ducelmente.

— Te amo esposa mía, gracias por aparecer en mi vida.

Isabel sintió sus ojos pesados, y se acercó a su pecho y se recostó su cabeza en su hombro y cerró los ojos y antes de dormirse  le dijo:

— Yo también te amo, y gracias por regresar Jassier.

Jassier sintió su pecho hincharse de felicidad por la gran familia que tenía y por el amor que siempre estaría en su vida. Era una rey afortunado por tener a una mujer increíble apoyándolo siempre por alentarlo cuando más lo necesita y amarlo a pesar de sus errores.

Porque ella fue su salvación.

Ella le hizo ver de nuevo el mundo de color, le hizo saber que jamás estaría solo.

Ahora solo quedaba vivir cada día al máximo hasta el final de sus vidas.

Fin.

Nos leemos en otra historia y hasta aquí llega ❤️🎈



El regreso del Jeque ✔️Kde žijí příběhy. Začni objevovat