|Capítulo 008|

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El desolado camino era todo lo que queda al final de la vida, nada es como imaginamos al morir o al nacer.

Isabel leyó la frase escrita en la pared, su arabe no era del todo asertado entonces esperaba estar al menos cerca de lo que decía, las ciudades de la frontera parecían tener un dialecto distinto que al de la cuidad, aunque hace más de dos años allá estado allí no había hablado con muchas personas solamente con el guía turístico. Y pensar que ese viaje le llevó al destino que hoy cargaba sobre sus hombros, tenía que haberse detenido en el momento en que su maleta se rompió, su abuela solía decir que es de mal augurio..

Ella siguió curioseando por la estancia, parecía tan antigua como moderna, cosas talladas a mano y muebles exquisitos, aquel salón se podía definir como silencioso y relajado con colores azules, muebles de color crema que le daban una imagen acogedora.

-Su majestad, el jeque la está esperando para cenar- dijo la mucama al encontrar a Isabel, la habia buscado por varios cuartos de la casa-. La cena está por servirse.

-¿Solo a mi?- le preguntó, la joven miró así otro lado pero recordó las palabras de su majestad "Ella no debe saber que seremos solo nosotros, es una sorpresa"

-Ya están todos, solo están esperando por usted- le explicó, aquello provocó un gran nerviosismo en Isabel aquella era su primera noche y ya causaba problemas.

-Entonces no los hagamos esperar.

Ambas caminaron hasta el patio trasero, el lugar a pesar de que era alumbrado por la luz de la luna se podía apreciar las flores y las fuentes debido a las pequeñas lámparas de kerosene.

-¿Por qué mantienen esas lámparas?- le preguntó Isabel con curiosidad a la chica.

La chica soltó una pequeña risa, a su señora le gustaba mucho la manera en que hacía lucir el jardín trasero con aquel aspecto romántico cuando el señor Borkar así pequeños detalles para su esposa.

-La señora Borkar es una enamoradiza, muchos dicen por aquí que el señor se gano su amor y cariño como sabe antes muchas no tenían la oportunidad de decir que no al matrimonio, pero dicen que cada noche el señor la traía acá y le susurraba poemas y le cantaba canciones- dijo con un suspiro y sus mejillas sonrojada al pensar como habría sido todo aquello-. Y todavía lo sigue haciendo, son unos tórtolos. Espero que Alá me dé un amor así de grande.

-Es algo hermoso...espero que así lo tengas- le afirmó ella-, no todos tenemos la oportunidad de hacer algo así abiertamente.

-Él señor ama mucho a la señora, no cualquiera estaría dispuesto a pasar su vida con una mujer que no puede tener hijos- le dijo, aunque a Isabel le molestó el comentario prefiero seguir escuchando a la criada-. No digo que sea algo malo, solo Alá a lo que estamos destinados, me refiero a su tiempo a veces la sociedad puede ser muy arraigada, ella fue fuerte durante su época y ahora es feliz, tiene dos hermosos hijos- le contó-, fueron niños rescatados que huían de Aquena.

-Lo entiendo, apenas estamos avanzando poco a poco por estos lares- susurró la reina.

-Y también gracias a usted, en las próximas semanas iré a la universidad sé que tal vez no consiga un trabajo tan remunerado pero quiero intentarlo por mi misma- le contó la chica con mucho orgullo.

-Es gracias al esfuerzo de todos- dijo con alegría saber que muchas jóvenes les interesaba seguir adelante-. Lograras lo que desees.

La chica se detuvo y Isabel hizo lo mismo.

-¿Qué sucede?- le cuestiono abruptamente al saber que ella seguiría sola el camino.

La chica con una sonrisa emocionada le explico.

El regreso del Jeque ✔️Where stories live. Discover now