Capitulo LVII Mentiras

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Capitulo LVII

Mentiras

Sus dedos entrelazados, sus miradas fijas en los ojos de su compañera, ambas chicas estaban muy nerviosas, pero sin duda, Ranma lo estaba más.

-oye... Akane...yo.

-lo sé Ranma, yo también estoy muy nerviosa.

-¿no te molesto lo que dije?

La chica de cabellos azules movió su cabeza, dando a entender un rotundo no. Lo que había dicho Ranma, para nada la había molestado.

-¿te vas a retractar de tus palabras?

Pregunto Akane, siempre que Ranma daba un indicio que sentía algo por su prometida, él chico buscaba la forma de negarlo a toda costa, aunque fuera algo obvio lo que realmente sentía.

-Akane, solo mírame.

La pelirroja soltó la mano de su prometida y agacho la cabeza, tenía una gran vergüenza por el hecho de convertirse en mujer cuando el agua fría tocaba su piel. No creía que fuera un hombre en toda la extensión de la palabra, no hasta que se deshiciera de esa maldición.

-a mi no me importa Ranma.

-soy un fenómeno ¿cómo alguien así podría gustarle a alguien como tú?

Ranma volteo su mirada, se sentía lleno de vergüenza por su condición y no quería la lastima de nadie, menos la de Akane. Un silencio sepulcral los invadió, la pelirroja deseaba estar completamente sola en ese momento.

-te pido disculpas, sé que te llame fenómeno muchas veces, espero que puedas perdonarme.

Palabras que tranquilizan un corazón inquieto y dan conforte al alma.

-boba... no estoy enojado contigo... estoy enojado conmigo mismo.

-todo está bien Ranma.

Akane tomo entre sus brazos a la pelirroja y la acerco a su pecho, como si de un abrazo de consuelo se tratase. Ranma no puso ninguna objeción al acto, se dejó llevar, le encantaba el olor de su prometida Akane, un dulce aroma, apenas detectable, pero muy característico de ella. La chica de cabellos de fuego se acurruco en el regazo de la peliazul, que jugaba con los mechones de esa pequeña niña recostada en ella.

-es tarde, vayamos a dormir. Dijo Akane.

Por su parte Ranma aún convertido en chica, había tomado una playera de la clase de deporte para cubrirse, pero seguía en sus clásicos calzoncillos amarillos. La pelirroja se levantó, como la colchoneta era igual en tamaño que una cama individual, su intención era cedérsela a Akane, para que esta durmiera cómoda, mientras que ella, dormiría en el piso.

-¿Qué haces bobo? Pregunto Akane, al ver lo que la pelirroja estaba extendiendo unas toallas en el piso, con la intención de usarlas para amortiguar lo duro y frio del suelo.

-me preparo para dormir, tú usaras la colchoneta Akane.

La peliazul lo vio directamente por un segundo y dio un suspiro como de resignación, que obviamente la pelirroja no supo aprovechar.

Ambas chicas se fueron a dormir, y como era de esperarse, Ranma no podía conciliar el sueño, el suelo era muy incómodo, por más que acomodara un par de toallas para amortiguar su peso en el piso, no podía descansar, sumado a eso, el frio de las noches de diciembre solo empeoraban la situación. Akane escuchaba como la pelirroja se movía, cada tanto tratando de encontrar la posición adecuada, en la cual podría alcanzar el sueño, pero era obvio que eso no iba a pasar.

-Ranma.

-¿eh? Disculpa si te desperté Akane.

La peliazul no respondió nada, solo se movió hacia un extremo de la colchoneta, para dejar libre el otro y cedió algo de su manta, con la cual se cubría. Ranma al notarlo, no supo que hacer, tal vez Akane si le estaba dando un lugar en la colchoneta para poder dormir mejor o solo eran imaginaciones suyas.

-¿Cuánto tiempo más vas a tardar tonto?

Luego de eso Ranma tuvo la certeza de que sí. Akane le había cedido un lugar en la colchoneta, la chica de cabellos azules le dio la espalda y Ranma hizo lo mismo, pero ambas estaban bajo la misma manta para cubrirse del frio.

Cada una estaba en un extremo de la colchoneta, pero como esta era muy pequeña para dos personas. La espalda de Akane, estaba rozando la de Ranma, ambas lo sintieron y ninguna dijo nada. Cada una se preguntaba si la otra ya estaría dormida, las horas pasaban y hacia un poco de más de frio, eso lo sentía más Ranma, ya que la mayor parte de la manta la tenía Akane, esta última se percató de lo incomoda que estaba la chica pelirroja.

-Ranma ¿estas despierto?

-¿huh? Sí... sigo despierto.

-espera, no te vayas a mover tonto.

Ranma se quedó justo como estaba, mientras que Akane fue la que se giró, ya no dando la espalda a la chica de cabellos de fuego. No fue solo eso, Akane metió su mano derecha por debajo del torso de Ranma y con la mano izquierda termino por abrazarla. Ranma estaba muy sorprendió por lo que estaba pasando, durante la noche, hacer eso le había pasado por la mente, pero en ningún momento se le ocurrió que Akane lo haría.

-tenía razón.

-¿de qué Akane?

-cuando estas transformado en chica, soy un poco más alta que tú.

-no... no me había dado cuenta de ello.

-ven.

Ahora la posición en la que estaban era mucho más cómoda para ambas, Ranma estaba entre los brazos de su Akane, se sentía un sueño hecho realidad. Aun así, ninguna de las dos podría alcanzar el sueño, estaban muy nerviosas para lograrlo.

-Akane

-¿Si?

-creo que ya te he preguntado esto antes ¿paso algo entre tú y Yirel? el día en que salió de tu habitación.

-no Ranma, no pasó nada, solo me ayudo a entrar a mi habitación por la venta, no quería que nuestros padres me vieran herida, se molestaría contigo y conmigo.

-no lo sé...

-es la verdad, no te miento.

El corazón de Akane casi se detuvo ante ese cuestionamiento, ella sabía que mentía, pero encontraba justificación al saber que la verdad podría hacer mucho daño ¿pero cuánto tiempo pasaría hasta que se descubra? Y ¿Qué haría Ranma al saberlo?

Guerra De SangreWhere stories live. Discover now