CAPÍTULO 19: Eres lo que más quiero en este mundo...

712 39 5
                                    

~Narra Miriam~
Me desperté al notar unas manitas dando golpecitos en mis mejillas, al abrir los ojos me encontré a Paula que al verme despierta, sonrió.

Miriam: Buenos días bonita -dije dándole un beso en la mejilla-
Paula: Buenos días mamá -sonrió-
Miriam: ¿Has dormido bien?
Paula: Sii, es que tenía miedo por la pesadilla...
Miriam: Mi amor tu sabes que las pesadillas no son reales, esas cosas solo pasan en tu cabecita
Paula: Lo se, pero me dio mucho miedo
Miriam: Ya lo se cielo, ¿quieres que despertemos a mami y desayunamos por ahí las 3 juntas?
Paula: Si, vamos vamos

Yo reí ante la ilusión de la pequeña, sabía lo mucho que la encantaba desayunar en el Starbucks que tenemos a una calle de casa, así que fuimos a la habitación que compartíamos Mimi y yo, y le dimos mil besos por toda la cara a Mimi.

Mimi: Mmm buenos días princesas -dijo bostezando-
Miriam: Buenos días preciosa -dije dándole un pico-
Paula: Buenos días mamii -sonrió la pequeña-
Mimi: Buenos días mi amor -dijo Mimi cogiendo a su pequeña y comiéndosela a besos-
Miriam: Le había dicho a la peque que si desayunamos fuera
Mimi: ¿Starbucks no? -dijo riendo-
Miriam: Lo que viene siendo -reí también-
Mimi: No tiene morro la enana ni na' -dijo con todo su acento andaluz-
Miriam: Anda vamos a vestirnos

Nos vestimos, vestimos a la peque y fuimos al Starbucks, allí nos encontramos a una amiguita de Paula, su madre nos dijo que nos sentáramos con ellas así que eso hicimos, nos sentamos con ellas y pedimos nuestros desayunos mientras hablábamos con Sandra, la madre de la amiga de Paula.

Sandra: ¿Entonces tu vas a ser su tutora el año que viene no?
Miriam: Si -sonreí-
Sandra: Pues que bien la verdad, las últimas tutoras de primero eran un poco bordes, y tu pareces muy agradable
Miriam: Gracias -sonreí- yo intento ser agradable con los niños y con los padres
Sandra: Seguro que te cogen mucho cariño los niños
Mimi: Y esperemos que solo los niños -murmuró-
Miriam: ¿Que?
Mimi: ¿Eh? no, nada -dijo en una sonrisa leve- luego te lo cuento
Miriam: Vale vale

Estuvimos desayunando y tras un rato largo hablando con Sandra, decidimos ir al centro comercial a dar una vuelta, nos pasamos por diferentes tiendas, comimos en uno de los tantos restaurantes que había, y nos lo pasamos genial, hasta que recibí una llamada, esa dichosa llamada que convirtió mi amplia sonrisa en un llanto desconsolado. Una Inés muy agobiada y llorando a mares igual que yo, me estaba diciendo que mi hermano había tenido un accidente con la moto.
Mimi y Paula no entendían nada, y yo sólo podía llorar, así que le di el teléfono a Mimi para que Inés le contara lo que estaba pasando y pudiéramos ir al hospital.
Una vez Mimi lo supo todo, fuimos directas al hospital, y nada más ver a Inés yo me abalancé sobre ella abrazándola con todas mis fuerzas.

Miriam: ¿Cómo está? -dije entre muchas, muchas lágrimas-
Inés: Aún no se nada de el, desde que lo han metido en esa sala nadie ha salido
Miriam: Joder... -bufé limpiando mis lágrimas- ¿mis padres lo saben?
Inés: En cuanto te he colgado a ti los he llamado, están de camino, pero su vuelo no sale hasta dentro de media hora, es lo más rápido que han encontrado
Miriam: Vale... -suspiré y me senté entre Paula y Mimi en una de las sillas de aquella triste sala de espera, y como era lógico, no pude evitar romper a llorar de nuevo-
Paula: Mamá, ¿porque lloras?
Miriam: Por mi hermano cariño...
Paula: ¿Que le ha pasado?
Miriam: Pues que iba en su moto, y se ha chocado con otro señor, y no sabemos si está bien o no
Paula: Jope, pero yo no quiero que llores
Miriam: Ni yo tampoco quiero llorar cariño, pero es imposible -dije llorando más-
Mimi: Paula cariño toma, juega con el móvil de mamá -dijo dándole su móvil y acto seguido abrazándome- ya está peque...
Miriam: ¿Porque a el Mimi? ¿porque? es la mejor persona de este mundo, ¿porque le ha tocado a el?
Mimi: No lo se cielo, pero si se que va a salir de esto porque tu hermano es una persona muy fuerte
Miriam: Eso espero...
Mimi: Ya verás que si amor -dijo dejando un beso en mi frente- mi madre va a venir ahora a por Paula ¿vale?
Miriam: Vale -asentí-

Y ahí estuvimos, mucho, mucho tiempo sin saber nada, mis padres llegaron, y seguimos sin saber nada sobre el estado de mi hermano, yo ya me estaba empezando a desesperar, y si no fuera por el médico que salió de la sala, me hubiera dado un fuerte ataque de ansiedad.

Médico: Familiares de Efrén Rodríguez
Miriam: Nosotros -dije levantándome de un salto y acercándome a el- ¿Como está?
Médico: Está estable, pero el golpe en la cabeza por mucho que llevara el casco, ha sido muy fuerte, y siento decirles que es probable que en un tiempo no recuerde algunas cosas, o incluso algunas personas, pero siempre hay una esperanza de que lo recuerde todo
Miriam: ¿Podemos pasar a verle?
Médico: De momento que pase una persona, y después vamos viendo como avanza
Miriam: De acuerdo -miré a mis padres rogándoles que si podía pasar yo, y al verles asentir salí disparada hacia la habitación donde se encontraba mi hermano-

Miriam: Efrén...
Efrén: ¿Enana? ¿eres tú?
Miriam: Si, soy yo tato -dije abrazándole a la vez que rompía a llorar- lo hemos pasado muy mal, nadie nos decía nada de ti
Efrén: Shh, no llores peque -dijo acariciándome la espalda- estoy bien
Miriam: Pero me han dicho que puede que no te acuerdes de cosas, o de personas en unos días, y tenía miedo de que me olvidaras
Efrén: ¿Como voy a olvidarme de mi hermanita pequeña? Eres lo que más quiero en este mundo, nunca me olvidaría de ti
Miriam: Te quiero muchísimo Efrén, no me des estos sustos nunca más por favor
Efrén: Tranquila enana, y yo también te quiero un montón

Y entre las caricias de mi hermano, las horas que había pasado llorando anteriormente y que fueran las tres de la madrugada, me quedé dormida encima suya, escuchando el ritmo de su corazón.

Olvidemos el pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora