Cinco

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Caminaron tranquilamente hasta el río, el cual se encontraba bastante cerca del bar. Una vez allí, se pararon junto al agua, sin hablar. Una timidez había alcanzado a ambas. Para Alba, estar allí parecía le hacía sentir especial. Aunque no era una persona con grandes experiencias, cuando se trataba de una chica que le gustaba, siempre sentía cierto nerviosismo que le gustaba y que le causaba sensaciones agradables en su estómago. Sentía un silencio tranquilizador.

Pero para Natalia, aquello era menos habitual. Ella había pasado un tiempo real afinando su camino con las mujeres y ella normalmente no carecía de charla. Pero de alguna manera, los ojos claros y tristes de Alba la hacían sentir un poco abatida. Alba no era como cualquier otra chica. No había hablado mucho de sí misma y ese fue el comienzo de la inutilidad que sentía Natalia. 

A la mayoría de la gente le encantaba hablar de sí misma y lo haría durante toda la vida si se diera la oportunidad. Alba no era así. Pero había algo más allí. Era una cualidad que Natalia no podía identificar. Pero fuera lo que fuera, a Natalia le gustaba. Le gustaba mirar el agua en silencio con la chica que acababa de conocer. Sentía que había mundos dentro de Alba y mundos que quería explorar, al igual que en el que vivía.

Natalia se sentó en el borde del río, la punta de sus zapatos rozando el agua. Alba tomó valor y se sentó cerca de ella. "Es bonito aquí. Nunca pienso en venir normalmente."

"Es mi lugar de pensar" Natalia le dijo a Alba, mirando su perfil a la luz de la luna. Tenía una nariz muy agradable de hecho. Natalia pensó en besarla. En cambio, suspiró y miró hacia el agua. 

Alba había acordado que esto era una cita, pero ¿ahora qué? ¿Cómo llevaba esto a más?

"Apuesto a que traes chicas aquí todo el tiempo" dijo Alba.

"¿Me creerías si te digo que eres la primera?" dijo Natalia.

Alba no sabía si le creía. Simplemente era una jugada demasiado buena como para haber salido de la manga. El agua, el suave brillo de la luna, el aislamiento, el silencio tranquilizador. Tenía que ser el plan de una seductora experimentada. Natalia había viajado por el mundo y probablemente había estado con un montón de chicas. Alba pensó que seguramente Natalia no era virgen.

Lo que no estaba bien era que Natalia siempre había estado en el otro extremo de la seducción. Ella había sido la cortejada. Y ahora ella estaba persiguiendo. Y ella no sabía por completo qué se suponía que debía hacer.

"¿Alguna vez besaste a una chica?" Natalia preguntó, insegura de como lanzarse al tema.

Alba se sorprendió por la pregunta. Ella tenía una idea de lo que la pregunta significaba y lo que podría suceder luego. Sintió un poco de pánico, pero no podía dejar pasar la oportunidad. "Sí" ella respondió simplemente.

Natalia, esperando más de lo que nunca llegó, empezó a reír. "Dios, tu no enseñas nunca tus cartas ¿verdad?"

Alba no sabía exactamente lo que eso significaba. Simplemente sabía que se reía de ella. "¿Qué significa eso?"

"Significa que estoy tratando de conocerte y no me estás dando exactamente mucho con qué trabajar" le dijo Natalia, mientras disminuía su risa.

"¿Por qué quieres conocerme?", preguntó Alba, y fue una pregunta real. Sí, estaba en una cita y sí, estaba con una chica bonita a la cual se sentía muy atraída, lo cual era prácticamente lo que tanto había querido durante años. Pero ese era justo el problema, esas cosas no solían ocurrirle a ella, por lo cual no sabía si se suponía que estas cosas debían pasar y si tenía derecho a esperar lo que tanto anhelaba. ¿Y si era un error? ¿Y si Natalia simplemente estaba jugando con ella? ¿Y si a Natalia le gustaba enamorar chicas por diversión? 

A cualquier otra parte...Where stories live. Discover now