Doce

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Natalia y Alba estaban sentadas una al lado de la otra en el sofá viendo la tv que solo tenía cinco canales, así que estaban atrapadas viendo un programa sobre subastas de contenedores de almacenamiento. "Creo que ya ví este episodio", señaló Natalia. "Estoy un ochenta por ciento segura de que hay un castillo inflable en esa unidad." Y justamente la unidad se abrió para revelar un montón de cajas. Entre ellas, un castillo inflable desinflado.

"Sí. Y ahora la pareja que lo compró va a inflarlo y... bueno, mira esto" dijo Natalia, ya riéndose. El castillo se levantó y sus nuevos propietarios se pusieron a dar un salto. En cuestión de segundos, habían rebotado entre sí, juntando sus cabezas con un fuerte golpe.

"¡Ja!", dijo Natalia. "Idiotas." A Alba le pareció gracioso, pero su mente estaba en otra parte y no se las arreglaba para reírse. Estaba planeando su siguiente movimiento. "¿Qué, eres demasiado buena para reírte de las personas de mediana edad que tienen accidentes en juegos de niños?" preguntó Natalia con una sonrisa.

"Sí.... Quiero decir, no", contestó Alba. "En realidad, estaba pensando que podríamos apagar la televisión", dijo en serio.

Natalia al escucharla se puso alerta. Era el tono de Alba, indicaba algo serio. Y a pesar de haber hecho todas las promesas de que estaba feliz de tomar las cosas con calma con Alba, Natalia no podía negarlo, si las cosas se aceleraban ahora, no sería lo peor del mundo, todo lo contrario. 

Hasta ahora, Natalia y Alba habían tenido un par de besos muy apasionados durante los cuales Natalia sentía como iba perdiendo poco a poco la cordura. Pero habían sido besos robados en lugares donde se podían permitir estar solo unos minutos y siempre terminaban por diferentes razones, desde que empezaron a salir, la parte de los besos largos y apasionados había sido muy muy limitada, ya que se preocupaban por los ojos de la gente del pueblo y no podían ir a sus respectivas casas a pasar el tiempo. 

Pero ahora, nadie estaba cerca para ver. Y Natalia se sentía muy atraída por Alba por las mismas razones que lo había estado desde el primer día. Sus ojos preciosos y expresivos, la linda sonrisa, el cuerpo, el nerviosismo torpe. Pero ahora que ya llevaban unos meses conociéndose, habían otras cosas que eran aún más poderosas que lo físico. Porque Natalia estaba ahora segura de que sus primeros instintos sobre Alba eran ciertos. Ella era especial. 

Y eso era tan excitante y nuevo para ella.

Sin embargo, tenía muy presente que no quería que Alba hiciera algo para lo que no estaba preparada. Y por otra parte, no podía evitar desear que realmente lo estuviera. Era una batalla interna, una guerra entre lo que había en su corazón y lo que había entre sus piernas. Natalia realmente quería que ganara la parte del corazón. Pero ella no sabía si tenía ese tipo de fortaleza moral. Nunca antes había sido necesaria.

Pero estaba a punto de serlo. "Estaba pensando que tal vez, tengo una botella de vino y tal vez podríamos poner algo de música" dijo Alba. "Sólo pasar el rato un poco", añadió, su voz enfatizando en la última parte. 

Natalia se encogió de hombros, estudiando la situación. "Claro."

Apagó la televisión, todavía indecisa sobre si iba a aceptar lo que estaba bastante segura que Alba iba a ofrecerle. Pero ella podía escuchar música y beber una copa de vino, ¿no? Eso no era necesariamente indicador de que definitivamente iba a pasar algo más entre ellas, no quería tampoco dar las cosas por hecho.

Alba sacó su teléfono y puso Spotify, poniendo una lista en aleatorio. La primera canción que surgió fue Dangerous Woman de Ariana Grande. "Oh, dios, no" Alba murmuró a sí misma, agarrando el teléfono rápidamente.

"No, déjala" Natalia le aseguró. "Me gusta esta."

No era realmente la vibra que Alba esperaba para empezar, pero dejó la canción sonando. Fue hacia su bolsa y tomó la botella, tinto, 12 euros en el Mercadona. No era el más barato, ni el más caro. Alba sabía exactamente 0 cosas sobre el vino y no estaba tan segura de que le gustara el que había elegido. Pero sabía que el vino era un "Si" para estas situaciones. Había comprado el vino sólo en caso de que tomara la decisión de ir al siguiente paso de la relación con Natalia. Así que tomó las copas que había lavado antes de la cocina y las llenó casi hasta arriba.

A cualquier otra parte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora