Diez

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Natalia se encontraba sentada en una cafetería del centro, El mundo de Alicia, y tomaba un café con leche tranquilamente. Oyó el timbre en la puerta, pero no se giró a ver quien entraba. La otra persona pasó caminando, pidió un cafe con leche sin lactosa y se lo llevó al asiento justo detrás de Natalia, quién tomó su teléfono y fingió hacer una llamada, poniéndolo en su oído. 

"Hola"

Detrás de Natalia, mirando hacia el lado opuesto, Alba cogió su teléfono como si hubiera sonado silenciosamente y dijo, "Hola."

"¿Cómo estás?", dijo Natalia en su teléfono. 

"He tenido una mañana horrible. Pero curiosamente mi día está mejorando justo ahora" dijo Alba.

"¿Incluso hablando así?", preguntó Natalia. No era la primera vez que utilizaban esta táctica para tomar un café y platicar sin levantar sospecha de nadie del pueblo, llevaban ya 1 mes saliendo. Durante ese mes, habían descubierto diferentes formas para estar juntas y usualmente lo hacían a la hora de almuerzo, donde cada una tenía tiempo disponible para salir del trabajo. 

Hace ya un mes habían decidido darle una oportunidad real a lo que sentían, pero para hacerlo realmente, para poder conocerse bien necesitaban una manera de pasar tiempo juntas a la luz del día que las mantuviera fuera del radar de cualquier vecino cotilla. Porque Alba Reche y Natalia Lacunza tomando un café juntas, eso definitivamente llegaría a sus familias en menos de un día. Era lo que sucedía en Elche, si pasaba algo interesante no se hablaba de nada más por semanas. Hace unos años una persona cultivó un melon demasiado grande y literalmente se habló de eso por una semana y media.

"Incluso así", Alba suspiró, extrañamente contenta. Había algo acerca de la presencia de Natalia, incluso espalda con espalda, que la hacía sentir como si hubiera estado atrapada bajo el agua durante mucho tiempo y finalmente hubiera roto la superficie por un sorbo de oxígeno. 

"¿Cómo estuvo el trabajo esta mañana?" preguntó Natalia.

"Estoy cubierta de salsa de tomate, si eso responde a tu pregunta. Un niño se emocionó cuando llegó la comida y me tiró todo encima"

"Bueno, tengo una buena cantidad de saliva de perro en mi pelo de un San Bernardo, si eso te hace sentir mejor."

"En realidad, sí. Quería verme bien para ti" Alba admitió tímidamente. Hace semanas ni loca confesaría algo así pero Alba estaba empezando muy bien consigo misma y con esto de las citas. Se estaba volviendo cada vez más cómodo para ella. 

"Estoy segura de que te ves hermosa" Natalia le dijo a su teléfono. "Lástima que en realidad no puedo verte."

"Ese es el lado negativo de esto, ¿no?" se quejó Alba. A ella le habría encantado estar sentada junto a Natalia viendose a los ojos. Le hubiera encantado sostener su mano debajo de la mesa y besarla cuando quisiera. A pesar de que el método que tenían las ayudaba a estar juntas y hablar una vez al día, no era lo que querían realmente.

"Hay una película esta noche" dijo Natalia. El cine local era algo que el ayuntamiento ponía una vez al mes, en su mayoría mostrando películas de cinco años que todo el mundo podía conseguir ahora en Netflix.

"¿Qué? ¿En serio?" 

"Sí. Lo leí hoy por twitter."

"Pensaba que ya no iban a hacer eso" dijo Alba, sorprendida. "La última vez solo llegaron como 6 personas."

"Bueno, no se han rendido todavía. Están mostrando películas de terror creo", explicó Natalia. 

"Odio ese tipo de películas" Alba dijo. 

A cualquier otra parte...Where stories live. Discover now