1. El chico misterioso

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Capítulo Uno.

El chico misterioso

Mia Hobbs.

— ¡Vamos, Mia! No seas así ¡Por favor!, — Amber, mi única amiga desde que estaba en el preescolar, súplica en un horrible chillido haciendo sufrir mis oídos por décima vez. Casi haciéndome botar mi malteada encima de mi uniforme.

— No, te lo he repetido más de diez veces, — Suspiro, jugando con el pitillo de la bebida.

Esta rueda los ojos, — Pero, Todos los los chicos de nuestra edad salen a las fiestas.

— Pero mi madre no me va a dejar y... No pongas esa cara.

— ¡Por favor! Pide permiso y te quedas a dormir en mi casa.

Suelto el aire retenido — Si te digo que si me dejas desayunar tranquila.

— Sí, Mia

— Esta bien… lo voy…

— ¡Siiii! — Chillán las dos al mismo tiempo.

— pensar — terminó la frase rodando los ojos al ver que ya no hay vuelta atrás.  —  además no griten, me dijeron si decía que si me iban a dejar tranquila.

Estas levantan las manos en acción de paz, — Desayuna tranquila, — Katy habla sonriendo.

Amber ha estado a mi lado desde los inicios de mi vida, es decir, siempre estuvo para mí en mis momentos más difíciles. Mi niñes, pubertad y mi juventud. Todas las etapas las he pasado junto a ella. Y aunque al principio no nos llevábamos tan bien, nos dimos cuenta que las amistades extrañas son las más leales y únicas.

— ¡Chicas!, — el grito de Katy me hace sobresaltar, la miro con el ceño fruncido.

— ¿Que pasa? — Amber habla con la boca llena.

— ¡Ay, amber no hagas eso!

— Bueno ignorando lo que acaba de hacer Amber, el caso es que tenemos el resto del día libre ¡Gracias Malditos profesores! — Todos los que se encuentran en el comedor nos miran.

Mis mejillas arden de la vergüenza por el inevitable grito — Katy no grites.

— ¡Ay! ¡Te sonrojaste! — Ruedo los ojos.

— No se que voy a hacer con ustedes — Vuelve a hablar Amber con la boca llena.

— ¡Amber!, — Hablamos al unisono.

— ¡uy! Perdón, perdón.

-

— No te puedes quejar, la pasamos bien, —Amber dice introduciendo la llave en la cerradura de la puerta de su casa.

—¿Como que bien?

Rueda los ojos, — Dolly.

Tomo aire dramáticamente—  Te pusiste a bailar en pleno centro comercial ¡Todos nos estaban mirando!

— Ya, Mia no fue para tanto ¿Ok? Además en mi defensa, esa música es irresistible.

— Te parece poco que nos hayan sacado del centro comercial, — Digo casi gritando exasperada.

Abre la puerta y paso sin mirar por donde voy, — Cuidad... — Chocó con alguien.

La vergüenza me consume no quiero ni mirar a quien choque, levantó mi vista y me encuentro con unos ojos azules como el mar observándome con el ceño levemente fruncido, No despego mi mirada de su rostro. Puedo observar todas las facciones de su perfecto y hermoso rostro.

Dios, es un Adonis.

Están lindo, me sonrojo de inmediato, — Lo siento, — es lo único que puedo articular mis labios en un pequeño susurro que apenas fue audible para después proceder a subir las esclavas de la manera más rápida.

Entro a la habitación de Amber y cierro la puerta detrás de mí. El chico era muy lindo, ¡No puede ser! Estuve al frente de unos de los chicos más atractivos que he visto en mi vida (no es como si fuera visto muchos la verdad) Tenia un aspecto de chico malo, su cabello negro carbón cayendo desordenado a los lados de su cara, daba el toque perfecto para su vestuario, y sus botas negras son tan WoW.

Su perfecto cuerpo, se ve que lo trabaja el es motivación.

Sus labios, sus labios finos un poco rosados su lengua pasando por su labio inferior entreabiert...

— Mia — Me volteo, — ¡Oh por Dios! ¡Estas rojaaa!

Le tapó la boca, — ¡Shhh! Ellos están abajo, te recuerdo que todo lo que digamos aquí se escucha allá — esta asiente y la suelto.

Me volteo para acomodar la cama, aún es temprano pero esa caminada me dio muchísimo sueño, además no hay nada mejor que hacer. Cuando estoy por quitarme los zapatos, la pregunta que me hace Amber me hacen mirarla fijamente.

— Te gusto ¿Cierto?

Le doy una mala mirada — Deja de decir estupideces.

— Es que, si el empaque está hermoso imagínatelo sin el — Lame su labio con cara pervertida.

— ¡Oh por Dios! ¿Qué dices?  — mis mejillas arden.

De una manera a otra, me lo he imaginado, tal vez sea la pervertida yo. Pero ¿Pensarlo está bien? De pensar no me reproduzco así que todos relajados, y tener estos pensamientos está bien, mientras nadie lo sepa, claro.

— No pidas algo imposible!, — El grito del hermano de Amber me hace sobresaltar en la cama.

Amber suelta una carcajada, la fulminó con la mirada, — ¡A Mia le gusto el chico! ¡Debes presentárselo!

— ¡Oh, no, no! ¡Ash, Amber!, — Cubro mi rostro con una almohada. — Va a pensar que soy una loca con obsesión compulsiva.

— ¡Mia no te preocupes ya lo pareces!, -
— Vuelve a gritar Thomás el hermano de Amber.

- ¡No lo niegues Mia estas loca porque te de duro contra el muro y suave contra el pavimento!

Se escuchan risas en el piso de abajo junto a la de Amber, — ¡Ufs! ¡Amber, cállate por favor!

— Oh, vamos no te molestes Dolly.

— ¡Que no soy una Dolly!

— Pues lo pareces, — La miro con el ceño fruncido.

— Buenas noches, señorita Amberta.

Escucho como chasquea la lengua, — ¿Vas a dormir a las seis de la tarde?

— si, adiós.

La escuchó bufar pero no dice nada, puedo sentir como se acuesta a mi lado pasa una mano por mi cintura. Hunde su cabeza en mi espalda, y la escucho suspirar, sonrió cómo tonta, la adoro aunque me haga pasar muchísimas penas.
Cierro mis ojos para tratar de descansar, quiero olvidar toda la vergüenza que he pasado. No quiero pensar en que pensó ese hermoso chico.

Si hicieran una competencia para ver quién pasa más pena, sin duda ganaría.

Mia hobbs, la chica de las mayores vergüenzas.

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora