14. Cambios Radicales.

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Capítulo Catorce.

Cambios Radicales.

Mia Hobbs.

Estoy despierta desde hace rato, pero me estoy haciendo la dormida para poder escuchar la conversación que tiene Alex con los chico. Mi labio duele y ni hablar de mi cuerpo, creó que por el desgaste físico, porque, o sea yo no hago ejercicio y correr ese pequeño trecho fue demasiado agotador. Aunque todavía tengo pánico y miedo estoy tratando de calmarme y que no me descubran y su manera de hablar es muy distinta a como hablaban delante de mi, esto es muy extraño y confuso.

—No quería que ella se enterara así, — Thomás, dice recostándose a la cama.

Amber solloza, — Ella me va a odiar.

Andrés bufa—Claro que no.

— nunca me lo perdonará, estoy segura. Así es ella, así es Mia Hobbs, ella no perdona las mentiras además ella puede actuar como que si nunca nos hubiera conocido y ella es mi mejor amiga.

Dudo que ella sepa la definición de mejores amigas.

De un momento a otro siento una leve piquiña en mi nariz, que se va volviendo más fuerte hasta que… tengo ganas de estornudar, carajo, no en este momento, no ahora.

—¡Achuk!

Estornudo sentándome en la cama gimiendo del dolor por el movimiento brusco que hice al sentarme, mis ojos están cristalizado por el estornudo. Levanto la mirada y veo que todos los ojos están puestos en mí, el miedo recorre todo mi cuerpo y de mis ojos salen lágrimas gruesas nublando mi vista.

Amber apuñalando al pobre chico.

Sus malditas mentiras.

Mi atracción hacia un asesino.

El pobre chico diciéndome que huyera.

Mis padres, sus advertencias.

La llamada incógnita.

Su frase que no abandonan mi cabeza.

Mi fracaso intento de escapar.

Maldita sea, la vida no es como la pintan y yo lo descubrí de la peor manera.

Todos los recuerdos llenan mi cabeza, mi corazón se quiere salir del pecho y mis nervios me hacen retroceder encima de la cama. No veo bien, a duras penas respiro, y pensar que estoy en una habitación con cuatro asesinos o como queráis llamarlo es desalentador, muy desalentador. ¿Por qué razón tuvieron que Mentirme? Ser la ultima en enterarme de esto, pensar que quería establecer una relación con Alex me trauma, ¿Él me fuera dicho esto si yo no me fuera enterado?

Amber se acerca un poco a mí, no me muevo en lo absoluto, — Mia…

—¿Qué mentira me vas a decir ahora? ¿Qué lo soñé? O ¿Qué estaba alucinando?, — preguntó cínicamente sin dejar que hablé.

—¡No es como piensas, princesa!

Alex semi grita acercándose y los demás salen de la habitación, sólo quedamos él y yo. Escucharlo llamarme "princesa" hace que mi pecho se apriete de dolor. ¿Por qué a mi lo bueno no me dura? Sera porque no me lo merezco, o porque simple y sencillamente voy por el lugar equivocado.

—No te atrevas a llamarme así de nuevo, por favor. — me alejo fría. O al menos eso creó.

Me mira incrédulo, — ¿Por qué? — se acerca mucho más, — Grabate esto en la cabeza, tu siempre seras mi princesa ¿entendido?

Bajo la mirada cuando ya él esta demasiado cerca de mi rostro, — Me quiero ir de aquí, Alex.

Me levanta por el mentón haciendo que lo mire a los ojos, — De aquí no te vas, lamento informarte esa triste noticia, mi princesa.

No mames, wey.

Le quito la mano de un tirón y le doy una mala mirada, — Yo no soy tuya, y menos tu princesa, eso es cuento pasado, Alex.

Ríe, — Te acuerdas de cuando te estabas besando conmigo en tu habitación sentada arriba de mi, — bajo la mirada y puedo sentir el arder de mis mejillas.

—No, no se de que me hablas, no me acuerdo.

Mentira, claro que lo recuerdo, y muy bien.

Se acerca a mi levantando otra vez mi mentón mirándome fijamente, — Se que si te acuerdas, como mis labios tocaban los tuyos, como mis manos viajan por tu todo tu cuerpo… ¿Quieres que siga?, — pregunta incrédulo, baja la mirada a mis labios que están semi abiertos y rojo por el golpe.

Y allí es donde recuerdo, como esas lindas manos que viajaron por mi cuerpo, también saben jalar el gatillo de un arma para volarle los sesos a los demás. Me quitó alejándome de él, es muy difícil hacer aquello, pero qué, no puedo estar con un asesino, ¿oh si? No, definitivamente no.

Así que la conciencia puede mas que la atracción.

Intentaré no caer ante la tentación.

—No quiero estar cerca de ti, — digo bajando la cabeza, — Porque yo no soy tuya, ni tu princesa, porque… — mis ojos se cristalizan y exhalo intentado tranquilizarme, — porque tu eres un asesino que… que yo le tengo miedo, alejate de mi.

Me atrevo a mirar a Alex el cual su expresión es seria, fría, sus ojos azules están tristes, supongo, el pasa por mi lado y agarra la manija de la puerta y la abre, me mira.

—Lamento que me tengas miedo, pero así soy yo, y no pienso ni voy cambiar, por ti, tendrás que acostumbrarte porque… — su semblante se vuelve aún mas frío y su mirada me intimida, — Tú, eres  mía princesa.

Sin mas sale, y me siento agarrando mi cabeza sollozando, una parte de mi no es la misma. No puedo perdonarlos, no puedo, quisiera pero no, no debo; tengo una inseguridad, un anhelo, una impotencia, que decepción, volver a creer en ellos me hace sentir confundida.

— ¿¡Por qué me tuviste que mentir!?… — grito cabreada lazando una almohada con fuerza contra una puerta, — ¿Por qué? — susurro destrozada en medio de la habitación arrodillada con una almohada abrazada.

La traición es el costo de haberse enamorado.

—¡Ah! ¡Todo fue maldita ilusión! — un jarrón fue a estampar contra el suelo y ya la cama esta desarreglada, grito, lloro, rompo las cosas, pero, este vacío no desaparece, — ¡Te voy a olvida, Alex McKay! ¡Te lo juro! ¡Lo voy hacer!

Me acuesto en medio de todo el desastre, mi corazón esta acelerado, mi mundo se vino abajo, nadie esta conmigo, nadie recogió mis pedazos. Voy a aprender a ser feliz sola, yo se, yo puedo, fácil no va a hacer pero no me va a vencer.

— ¡No me permito caer de nuevo! ¡Yo solo era un maldito chiste para ti!.

Me siento de golpe cuando veo entrar a Alex azotando la puerta detrás de él. Se agacha agarrando mi rostro entre sus manos quitando algunas lágrimas, lo miro a los ojos, sus mejillas están húmedas; me mira y pasa su dedo índice por mis labios y sin darme tiempo de reaccionar, estampa sus labios junto a los míos en un beso, un beso que yo anhelaba, un beso tierno lleno de sentimientos. Pero, a que costo ¿No?

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Where stories live. Discover now