Tú eres mía, princesa© (Libro I)

20. Empecemos de cero.

Capítulo Veinte.

Empecemos de cero.

Mia Hobbs.

Sabes ese dolorcito en el pecho cuando tomas una decisión que sabes que te va a romper en mil, pero en el fondo sabes que es la mejor. Así me sentí yo cuando supe la verdad respeto a Alex, pero es que… a mi lo bueno no me dura.

Porque él me hizo sentir especial, y aunque no fuimos una pareja o algo parecido lo extraño, extraño esos pocos momentos que estuvimos juntos, y sí, se preguntaran esto.

¿Cómo se puede extrañar algo que no fue?.

¿Cómo se puede extrañar algo que ya sabíamos que iba a pasar?.

Pero, sí, si se puede, somos seres humanos por lo cual vivimos de aquella ilusión que se nos crea en el pecho, aquel anhelo que deseemos con todas las fuerzas. Nos creamos una vida llena de ilusión con esa persona que hace que tu piel se estremezca de solo verlo, de que una simple mirada vale más que mil palabras.

Después de una traición nos juramos que no nos vamos a volver a enamorar, pero conocemos a una persona que hace que el tiempo se detenga cuando estas a su lado, nos volvemos a enamorar sin importar cuanto nos impongamos no hacerlo, en fin, enamorarse es lo que le da sentido a la vida ¿Se imaginan un mundo sin amor?

No tendría sentido.

A vivir con riesgo que para morir nacimos.

— Princesa…

Susurra Alex a mis espalda cuando apenas llega, un suspiro abandona mis labios de manera rápida y mi corazón se acelera con tan solo escuchar su voz. Supongo que se mueren de la curiosidad por saber que hable con Amber, pero eso no se los contaré en este momento, hoy sólo quiero comprender mis sentimientos.

Me volteo quedando de frente a él, suspiro, — Me enamoraste pero nunca te dije nada, te pedí que te alejaras aunque no quería que lo hicieras, pero nunca te dije nada…

Me interrumpe dando algunas pasos adelante agarrando mis manos entre las suyas, — No, Mia, soy yo el que te debe una explicación.

Niego, — Alex…

Me mira con ojos suplicantes y asiento quedando callada para que él continúe hablando. Nos quedamos mirándonos a los ojos y mis piernas tiemblan, no dudaría en que me caiga en cualquier momento. El olor fuerte de su perfume varonil ahogan todas mis fosas nasales disfrutando de ese olor.

— Yo se que falle… que no fui lo que esperabas, princesa, perdoname... Lo único que si te puedo asegurar es que  nunca había querido tanto a alguien de una manera tan bonita, de una manera tan sana, tan real, nunca había amado a alguien como te amo a ti, por eso… — mi corazón esta que se quiere salir del pecho con cada una de sus palabras, me siento tan feliz —  Vengo a decirte que… — se queda callado acariciando mi mejilla con su mano, — empecemos de cero entre  tanta gente en el mundo contigo me quedo… y aunque estemos tan arriba que de miedo la caída, se que esto no es por pura casualidad. — sonríe mordiendo su labio, — Y aquí estas, se que tu rostro no lo puede ocultar, la verdad… — ríe arrodillándose mientras lo miro sorprendida por su acción.

— Alex, — rió, — No es necesa…

Me interrumpe rodando los ojos, — Calla, arruinas mi momento romántico.

Me quedo callada mientras una sonrisa tonta abarca mis labios, sería muy difícil poderles explicar aquello que siento. Decirles que ya deje de sonreír es una mentira, lo único que me importa ahora es Alex, nosotros, porque somos un nosotros después me preocuparé por lo demás, y aunque este cometiendo un error, entonces será el error más bonito que me ha pasado.

— Mi princesa hermosa, ¿Quieres ser mi novia?, — mis ojos se abren como platos con tan solo escuchar esas simples palabras.

Mi mundo se ha detenido.

— ¡Siiii! ¡Claro que si, Alex!, — brinco a sus brazos y él me sujeta fuertemente, — Si yo soy tú princesa, entonces esto te convierte en mi princeso.

Alex ríe dándome un beso casto en la frente, — Con orgullo.

Sin más, estampó mis labios junto a los suyos colocando mis brazos sobre cuello, nuestros labios encajan perfectamente y es como si no quisiesen nunca separarse. Alex chupa mi labio inferior para luego terminar el beso y de nuevo vuelve a abrazarme, hundo mi cabeza en su pecho pasando mis brazos por su torso, si este es un sueño no quiero despertar nunca.

Después de unos minutos de estar abrazados levantó mi cabeza y decido hablar, — Alex.

Me mira, — ¿Qué pasa, novia mía?.

Que lindo suena...

Siento mis mejillas arden, pero intento ignorarlo, — No te quiero cerca de esa chica.

Sonríe mostrando su perfecta dentadura, — ¿Estas celosa de ella?.

Me escojo de hombros, — No, porque eres mi novio, solo te estoy advirtiendo que no te quiero cerca de ella,  eres solo mío ¿Ok...?

Me interrumpe robándome un beso, — Te amo — suelta tomándome de sorpresa.

El agarra mi rostro entres sus manos dándome castos besos en los labios, — Te amo, — digo sin dejar de besarlo.

Definitivamente, soy más feliz aquí; podría estar toda mi vida con Alex sin aburrirme, pero no puedo pedir que esto sea eterno porque no lo somos. Solo pidiese que disfrutemos todos aquellos momentos que pasamos juntos, porque simple y sencillamente lo amo.

No dejen que el orgullo sea tu verdugo en unos años, acepten consejos, porque miradme aquí estoy.