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Largué un quejido al recibir unos rayos de sol en toda mi cara, despertándome completamente. Coloqué mi mano en mis ojos en forma de visera, me levanté y largué otra puteada al sentir un gran dolor punzante en mi cabeza. Bufé y fui a mi ventana a bajar la persiana puteando todo lo que se me ocurría por la mente.

Confuso me hallaba ahora mismo después de recuperar la visibilidad. Lo primero de todo era como es que estaba sin remera y en calzones, y con las zapatillas puestas, y lo segundo, era como había llegado a casa sin acordarme de la vuelta acá.

Hice una mueca confusa y fui a mi placard a cambiarme, poniéndome unos pantalones cortos, una remera vieja y quitarme seguidamente las zapatillas. Bostecé y baje a la cocina para hacer algo de comer, más que nada porque ya eran las tres de la tarde casi.

Me asusté al escuchar un ruido en el salón. Que yo sepa vivía solo. Abrí el cajón de las sartenes con cuidado de no hacer ruido y agarré la primera que pillé, me acerqué al salón a pasos pequeños y silenciosos y agarré fuerte el mango.

El miedo se apoderó de mí al escuchar varios ruidos seguidos, la frente me chorreaba de los nervios que tenía imaginándome la muerte que se me avecinaba. Tragué en seco al ver a una persona tumbada en mi sofá, solamente viendo las piernas y pies.

De un momento a otro las piernas me empezaron a temblar del miedo y las manos empezaron a sudar, escurriéndose un poco del mango de la sartén. Tragué saliva entre decidido y asustado de lo que iba a hacer y agarré fuerte el mago.

A la de tres le arreo con la sartén- pensé- A la de una.. a la de dos.. y a la de tres..

- ¡HIJO DE PUTA, SALÍ DE MI CASA!- grité con la sartén en la mano yendo corriendo hasta el sofá

- ¡PARÁ!- ese grito fue lo único que me hizo parar antes de dar un sartenazo al reconocer aquella voz


Bajé la sartén calmando mis nervios a flor de piel y expulsé el aire que venía almacenando desde que escuché los ruidos. Bufé y miré a la persona que se encontraba en mi sofá. Un día la iba a matar de los sustos que me provocaba.


- Sol, un poco más y te hago pollo- alcé la sartén y la morocha fijó su vista en el objeto para después ponerla en mi

- Encima que me quedo en tu casa para ver si te dormías y dejabas de vomitar, y me das las gracias así- se cruzó de brazos haciéndose la ofendida

- Y yo que sé que te habías quedado a dormir acá, no me acuerdo de lo último que hice ayer por la noche- dejé la sartén en la mesa y ella se hizo a un lado para que me sentara al lado de ella

- ¿O sea que no te acordás que vomitaste por el camino de casa? ¿Y que la que te quitó la ropa fui yo?- negué rotúndamente. No me acordaba absolutamente de nada

- ¿Vomité viniendo para acá?- cuestioné largando una carcajada al final

- Si. Fue salir del boliche y vos ya me estabas diciendo que te encontrabas mal, te acompañé para que no te pasara nada y de la nada te paraste y empezaste a vomitar como cosa mala- largó una carcajada

- Y ya te quedaste en mi casa por si acaso- asintió- Y al cambiarme, ¿por que no me quitaste las zapas? Me quitaste la ropa excepto eso

- No me atrevía a quitarte las zapas porque tumbas a un viejo de la peste que soltás- puse los ojos en blanco, causando una pequeña risa de ella- Es la verdad, cada vez que venís de una joda o de hacer deporte no hay quien te quite las zapatillas- se hundió de hombros

- Tampoco es para tanto- me defendí. Exageró bastante

- Vos qué estás acostumbrado al olor- nos reímos ambos hasta que luego Sol puso una cara pícara mirándome fijamente- ¿Y quien es la mina que salía de los baños con vos?- alzó ambas cejas repetidamente


Tragué saliva y sonreí nervioso. Fue lo último de lo que me acordaba y encima me vio con ella. Lo último que recuerdo es salir del baño e ir a la barra hasta emborracharme aún más.


- Un garche que la conocí ahí- fui directo en el tema

- No se ni para que pregunto si ya me lo suponía, pero ahora me lo aclaraste- se rió

- ¿Daniel y Elisa que hicieron anoche?- me acomodé mejor en el sofá incómodo tras recordar lo que vi anoche. Quería saber que hicieron cuando dejé de estar completamente consciente, aunque me lo estaba imaginando.

- No se mucho la verdad. Se que estaban bailando juntos y besándose, y ahí justo se me acercó un tío guapo y me fui con él, justo cuando vos te fuiste a la barra a pedir y ya te perdimos- explicó

- ¿Y ellos me vieron salir del baño con la mina?- me rasqué la nuca nervioso ocultando el temor que tenía de que Elisa me hubiese visto

- Daniel no, vio justa a esa chica irse por ahí con su gente, y Elisa si te vio. Yo ya ahí sí que estaba con ellos- suspiré y me pasé las manos por la cara frustrado- ¿Que pasa Valen?- posó su mano en mi hombro brindándome apoyo. Alcé mi cabeza para mirarla

- ¿Elisa y Daniel se comportaron ambos raro después de verme salir con ella?- contrapregunté

- Que yo sepa no, Daniel seguía en su mambo y Elisa más de lo mismo- me contestó- Lo que si que es verdad, es que Elisa después de verte con ella como que no estaba disfrutando de la joda como al principio. Estaba un poco rara, pero luego como que se la pasó, fue unos minutos- añadió después

¿Y si la molestó que estuviese con Iris?- pensé

- ¿Pasó algo con ellos?

- Para nada, solamente era mera curiosidad- me hundí de hombros y me levanté del sofá- ¿Venís a comer algo? Son más de las tres y tengo hambre

- Dale, pero cocinas vos- me señaló y yo asentí cogiendo la sartén de la mesa


Nos dirigimos ambos a la cocina y ella puso la tele mientras yo empezaba a cocinar algo hundido en mis pensamientos.

A lo mejor Elisa se había enfadado por cogerme a Iris, de ahí que estuviese rara. Pero si estuviese enfadada no entendía esas actitudes, no somos nada y ella me demostró claramente que tiene algo con Daniel, no conmigo.

Las maneras en las que actúa, en las que me mira y me habla me confunde. No sé si siente algo por mi o lo único que quiere es una relación de amistad, como amigos. Me confunde y demasiado.


Melifluo (Wos) Where stories live. Discover now