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Abrí mis ojos con cansancio al escuchar el sonido de la alarma inundar toda la habitación. Bufé y agarré mi móvil para apagar la alarma y encender la luz de la lámpara de noche. Unos movimientos al lado mío se hicieron presentes, fijé mi vista en Elisa y sonreí como un tonto.


- ¿Tin?- dijo en un tono tan suave que casi ni se la escuchaba. Estaba aún con los ojos cerrados y aferrándose más a la sábana

- Dime- me incorporé de la cama quedando sentado, mirándola como abría los ojos poco a poco

- ¿Ya nos vamos?- finalmente abrió los ojos y fijó su vista en mi

- Si- asentí y me levanté de la cama mientras me estiraba. Me pasé las manos por mi cara y miré de nuevo a Elisa. No se levantaba aún, seguía tumbada mirándome fijamente perdida en sus pensamientos- Levantá Elisa, nos tenemos que ir para llegar lo más pronto posible- parpadeó unas cuantas veces seguidas y asintió rápidamente para levantarse- Vete cambiándote en lo que yo preparo el desayuno, así cuando termines subo yo a prepararme

- Te puedo ayudar a preparar el desayuno, no hace falta que lo hagas solo- sugirió acercándose a mi, yo negué rotúndamente

- No hace falta, no es una molestia. Eso sí, ¿tomas café?- pregunté para hacer otro café para ella, ya que yo siempre tomo un café para desayunar

- ¿Vos vas a tomar?- contrapreguntó y yo asentí- Entonces hazme uno, con leche- volví a asentir y la sonreí para ir a la cocina a preparar el desayuno


Primero empecé con el café, dejé un vaso debajo de la máquina tras poner el sobre con el café, di al botón rojo que se encendió cuando el agua está hirviendo y en seguida salió dos chorros con el líquido al vaso. Repetí la misma acción con el mío. Fui a la heladera y cogí la leche para vertirla en los dos vasos, dejé la leche en su sitio y agarré la azucarera para añadir en el vaso de Elisa dos cucharadas y en el mío tres, ya que a mí me gusta más azucarado, guardé la azucarera y dejé los cafés en la mesa. Abrí un cajón y saqué un plato grande, que lo dejé en la encimera, abrí otro cajón donde saqué unas tostadas, y por último cogí en la heladera, mermelada. Agarré un cuchillo y empecé a untar la mermelada por encima de las tostadas, hice unas cuantas para los dos y ya guardé todo para colocar el plato encima de la mesa donde estaban los cafés enfriándose un poco.

Cogí mi café y di un trago para ahogar un grito.


- ¡La concha de mi madre!- me quejé dejando el café bruscamente en la mesa, esparramándose un poco el líquido por encima de la mesa. Pensaba que se había enfriado el café en lo que preparaba las tostadas, pero me equivoqué, eso estaba hirviendo a más no poder. Me abrasé toda la lengua


Saqué mi lengua afuera en un intento de que el ardor se calmara mientras largaba quejidos pequeños. Abrí la manilla del grifo y bebí el agua fría que salía en un intento de que apaciguara el ardor, escupí el agua y bebí de nuevo el agua, hasta que ya el ardor se calmó y no me abrasaba toda la boca.


- ¿Que haces?- me giré nervioso, y vi a Elisa ya cambiada y peinada en el marco de la puerta con una ceja alzada mirándome graciosa

- Me abrasé la lengua por el café- sonreí un poco avergonzado y agarré un trozo de papel para limpiarme la boca del agua

- Se ve que tiraste un poco de café a la mesa- largó una carcajada contagiándome a mi

- No pasa nada, esto se limpia en un segundo y listo- agarré otro trozo de papel y lo pasé por dónde vertí el café hasta que desapareció el líquido. Di una última pasada y tiré el papel manchado a la papelera- Listo- puse mis manos en mi cadera- Si eso ve desayunando vos en lo que me visto- sugerí

- Te espero, así desayunamos los dos juntos- sonrió y asentí recorriendo por mi cuerpo una felicidad al saber que quería desayunar conmigo


Me fui de la cocina y me dirigí a mi habitación a cambiarme lo más rápido posible. Agarré lo más cómodo que vi en mi placard y me vestí, quería estar cómodo mientras conducía en el viaje. Al terminar de vestirme, fui al baño y me peiné para seguidamente echarme un poco de perfume. Me lavé la cara y al secarme fui a la cocina de nuevo. Mi corazón empezó a latir un poco más rápido al ver que me esperó para desayunar, con esa pequeña acción provocó miles de sensaciones en mí.


- Veo que me esperaste- ella se giró y la sonreí para sentarme al lado suyo

- Te dije que te iba a esperar- espetó graciosa y agarró una tostada. Puse los ojos en blanco e imité la misma acción que ella


Pasamos el desayuno entre risas, acotando cada uno una cosa. El ambiente no era tenso, no era forzado, se podía percibir que era de buen rollo, que la tensión que había entre nosotros había desaparecido, que había vuelto la normalidad entre nosotros.

Al recoger la mesa, fuimos ambos a mi habitación a recoger nuestras cosas, yo solamente cogí una pequeña mochila con las cosas útiles porque en la casa de mi vieja ya tenía ropa de cuando me independicé, ropa que no me pude llevar más y lo dejé ahí.

Agarramos nuestras cosas y fuimos a la puerta de mi casa tras revisar que todo estaba en orden, salimos ambos y cerré la puerta con llave.

Cruzamos la calle hasta ir a mi coche, abrí el seguro del coche y guardé su mini maleta y mi mochila en el maletero. Entré en el coche y me puse el cinturón de seguridad para seguidamente arrancar el motor y emprender nuestro viaje.


- ¿Puedo poner música?- miré unos segundos a Elisa donde alzaba su móvil

- Por supuesto


Encendí el bluetooth y se escuchó un sonido dando a entender que ya se conectó. Unos segundos después empezó a sonar una canción, inundando la melodía por todo el coche, disfrutando ambos de la canción.

Me giré unos segundos a ver a Elisa, y sonreí al encontrarla tarareando la canción en voz baja mientras miraba el paisaje por la ventanilla. Volví mi vista al frente y conducí con una sonrisa plasmada en mi cara.

Melifluo (Wos) Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt