¿Perdón?

1K 69 5
                                    

Capítulo 14:

-¿Qué diablos haces aquí? -Pregunté.

-Solo quiero hablar, linda. -Respondió.

-Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, Joe. -Aclaré.- ¿Quién te crees para entrar a mi casa sin permiso?

-Entré por donde me enseñaste. -Se encogió de hombros.- Ya sabes, cuando regresaste de aquella fiesta, me mandaste un mensaje donde me pusiste "tuve que entrar por la puerta de atrás porque llegué muy tarde y no quiero despertar a mi mamá".

-Diablos... -Maldije.- Aún así, no debes hacer eso, Joe, tú y yo ya no somos nada por lo que hiciste. -Apunté mi dedo índice hacia él.

-¿Disculpa? ¡Yo no fui quien dijo amar a alguien, luego ese "alguien" se va al hospital y no lo va a visitar! -Explotó, la ira se nota en sus ojos.

-¿Qué dices? -Pregunté confundida.

-No quiero ser una nena pero molesta que la persona de la que te enamoraste, no vaya. -Agachó su cabeza.- Pero bueno, ¿qué se puede hacer?

-Joe, todos los días fui a verte.

-No mientas, Leila me dijo que no fuiste. -Susurró.

-¡¿Qué?! Pero le dije a tu mamá que te dijera que fui. Te lo iba a decir hoy en la mañana pero me ignoraste. -Las lágrimas empezaron a brotar.

-Pues a mí me dijeron otra cosa. -Se cruzó de brazos.

-Joe, sabes que no miento, un día no fui porque regresamos tarde de la excursión y ya no había visitas. Joe, creeme, todos los días, cada minuto estuve pensando en ti. En la cena comí sola, esperándote, ¿qué te pasó? -Las lágrimas salieron como una fuente. Lo abracé, extrañaba su torso firme y acogedor, sus brazos que te envuelven con dulzura.

-Mi padre y yo peleamos. Salí de la casa molesto, y cuando crucé un coche me pegó, fui un tonto, no me fijé. -Dice en lo que pone sus brazos en mi al rededor.

-¿Pelearon mucho? -Pregunté en lo que seguía llorando.

-Estaba borracho y la agarró contra mí. -Su voz se quebró.

-Lo siento. -Lo abracé con más fuerza.

-Yo lo siento más. Las cosas que te dije, fui...no... SOY un idiota, no debí de haber salido con esa chica al parque. ¿Quién es el chico con el que te besaste? -Pregunta. Me muerdo el labio, no quería que lo preguntara.

-Peters, un amigo. Nuevo compañero de clases. -Sigo abrazándolo.

-Me gustas mucho, Janet. En serio, me gustas. No quiero perderte. Desde el día en que te conocí me llamaste la atención y ahora sé que es verdad todo lo que jamás creí posible sentir por ti. -Me besó la frente.

-Tú igual me gustas mucho. No sé cómo podemos decirnos esto después de lo que ambos nos hicimos.

-Si las personas se separaran cada vez que cometen un error, todos estarían solos en este momento y en los próximos. -Me separó un poco de él, nos vemos a los ojos y no puedo evitar sacar una sonrisa.

Nos fuimos acercando, yo poniendome un poco de puntas para alcanzar sus labios, él agachando su cabeza. Nuestros labios se juntaron y pensé que moriría. Es como estar en el infierno con un ángel, imposible pero a la vez mágico.

No sé si decirlo, pero estuvo mejor el beso con Peters, aunque con una sensación diferente.

-Oigan, ¿pueden besarse afuera? Voy a vomitar. -Dice una voz desde la cocina. Volteo, es Adam, acabado de levantar, despeinado, sin camisa, pantalón holgado dejando ver sus entradas, tiene un cartón con leche en la mano derecha y la tapa en la izquierda.

Sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora