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Canción en multimedia: Walls could talk - Halsey & Nico Collins 🎵 🎶




♡ – Lunes, 01 de marzo de 2010




—Dijiste que trabajarías anoche, pero no estabas en el autoservicio.

Bien lo dice el dicho: pueblo pequeño, infierno grande.

Jungkook no podía creerlo. Las noticias corrían muy rápido en ese lugar, ¿no?

Él miró a su madre, agradecido por tener la boca llena de comida para no tener que responder inmediatamente a semejante acusación. La mujer trataba de sonar tranquila y simplemente curiosa al respecto, pero su hijo la conocía demasiado bien.

—El vecino fue por medicamentos para su hija, pero no te vio allí —Ella insistió, tensa y sin dejar de revolver sus fideos—. ¿Dónde estabas entonces?

—Seguramente follando con un tipo, como te estás imaginando, y de ninguna manera estaba en la bodega limpiando y separando la basura del reciclaje. —El castaño rodó los ojos y apartó su plato, sin muchas ganas de seguir con la comida. Su padre estaba en una reunión con el gobernador, tal vez almorzando langosta o alguna cosa excéntrica, poniéndose al día con las sospechosas cuentas del pueblo. Si estuviera allí, su madre ni siquiera tocaría el tema.

—Jungkook —Ye-jin no era tonta, y él podía ver en sus ojos que se debatía entre creerle o no—. No hagas las cosas más difíciles para nosotros. Por favor, compórtate.

El castaño rascó su nuca con fastidio. Anda, mira. Compórtate, como si fuera un perro o un niño pequeño.

—¿Vamos a hablar de esto ahora? —preguntó levantándose—. ¿O lo haremos cuando mi padre pueda mirarme a la cara sin torcer el gesto?

—Entiéndelo —Su madre se levantó también—. ¡Eso no es sano! Si reflexionaras y entendieras que ese no es el camino correcto, las cosas cambiarían. Volverían a la normalidad.

Jungkook sonrió mientras negaba. Las cosas nunca volverían a la normalidad. Porque él no era normal, al parecer, y eso estaba bien para él.

—Ya me quitaron mi carrera, las tarjetas, mi auto y la vida que tenía en Seúl. Y está bien, no me importa, porque todo eso era de ustedes. Pueden quitarme todo, sacarme de la casa ahora mismo si quieren —dijo, alzándose de hombros—, pero no pueden quitarme quién soy.

No podían.

No podían quitarle su identidad.

Y no podían cambiar el hecho de que fuera gay.




[♥]




—Taehyung, ayúdame aquí. Sostén estas piezas mientras las sueldo.

El pelinegro se acercó al mostrador. Esta vez, el señor Kim arreglaba un par de auriculares; era un problema común: solo se escuchaba por un lado y además, tenías que hacer malabares y maniobras para lograrlo. Namjoon había quitado el viejo conector dañado, para reemplazarlo por otro de 3,5 mm; al parecer los hilos de cobre se habían reventado, y era hora de volver a soldarlos.

The village - KookVWhere stories live. Discover now