05 - {II}

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Canción en multimedia: Girls like girls - Hayley Kiyoko 🎵 🎶




♡ – Sábado, 06 de marzo de 2010



Las miradas curiosas que recibió en la entrada desaparecieron en cuanto puso un pie dentro. Allí, nadie estaba prestando atención a lo que pasara a su alrededor.

Los cuerpos sudados se restregaban unos a otros sin pudor alguno frente a sus ojos. En el mar de personas, el brillo de las luces se perdían y los cortos atisbos que Jungkook lograba vislumbrar lo descolocaron un poco. El otro lado del pueblo era... diferente.

Cada sitio en el que posara la vista traía una nueva sorpresa. Una chica sin camisa ni sostén bailaba sobre un auto viejo y destartalado al que le faltaban ventanas y llantas. Un grupillo de gente vitoreando furiosamente a algo. Tal vez era una pelea, tal vez una pareja desinhibida.

La música estaba a punto de reventar sus oídos. Sabía que la gente a su alrededor gritaba, pero él no podía escuchar nada. Luego, una suave voz llegó a su oído; erizando su cuello, estremeciéndolo.

—Bienvenido al otro lado del pueblo —Su tono burlón le obligó a girar y se encontró con su sonrisa cínica y malévola, como un lobo acorralando a su presa—. No pensé que vendrías.

—Solo he venido porque sentía curiosidad —respondió Jungkook observando la botella de cerveza que Taehyung le tendía; estaba a la mitad, pensar en su dudosa procedencia lo obligó a declinarla con asco—. Tampoco planeo quedarme mucho.

—Bastante aburrido de tu parte, aunque no me sorprende —murmuró Taehyung con sus labios sobre la botella que cruelmente había sido rechazada—. Te presentaré a los chicos. Quítate la camisa.

—¿Disculpa?

—Te ves tan ñoño. Veo la camisa blanca debajo; vamos, quítate la de cuadros. Y sígueme.

Aunque un poco indignado, pero ciertamente no sorprendido, Jungkook caminó detrás de Taehyung mientras luchaba para quitarse su camisa. Los chicos, o más bien los amigos del pelinegro, ciertamente no lucían como personas que comprendieran la comodidad de su camisa y la versatilidad de la misma: más bien, ellos tenían delgadas franelas y dejaban al descubierto sus brazos repletos de tatuajes y en aquellos que llevaban una chaqueta de cuero podía ver cómo sobresalían los tatuajes en su cuello y nuca. En especial, el chico rubio se veía como un delincuente, con su cabello hacia atrás y ambos lados rapados al ras, y ese piercing de metal que adornaba su ceja y su labio. A los otros dos los había visto en la tienda; uno de ellos pareció reconocerlo; el otro, si es que lo hizo, no dio indicios.

—Él es Ji-ho —dijo Taehyung, gritando a su oído para hacerse escuchar; seguro se refería al rubio que sonreía como una víbora—. Él es Hoseok, y el otro es Han Bin. Chicos, él es Jungkook —Le empujó un poco, y Jungkook se sintió como un cordero arrojado a los lobos—. Trátenlo bonito.

—Bueno, Jungkook, olvida todo lo que has escuchado de este lado —Hoseok se acercó a él con una sonrisa exagerada y pasó un bazo sobre sus hombros, haciéndole a una seña a Han Bin—. Vamos, te presentaré a unas amigas y lo pasarás muy bien.

—Mejor que así sea —añadió Ji-ho riendo por el chiste interno entre los amigos. Taehyung los vio alejarse y bebió de la botella como si fuera agua, porque no sabía que estaba nervioso hasta que Hoseok chifló ruidosamente para llamar la atención de alguna chica.

The village - KookVWhere stories live. Discover now