Capítulo 8.

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Jungkook se sentía sorprendido al haber entrado en aquella gran casa que Jimin tenía.

Había imaginado que la casa del rubio sería grande, sin embargo, no imaginó que se tratara de una mansión y... Una mansión con todas las letras.

¿Estaba mal sentirse intimidado en aquel lugar?

Kook... ¿Kook?

Pero fue su amigo, aquel adorable alfa de rubios cabellos que lo sacó de sus pensamientos. Tomándolo de la mano, como siempre solía hacer.

L-lo siento, yo... Yo me distraje, la verdad es... Que esta casa es tan grande, p-parece como un castillo salido de cuentos. ¿Está mal que lo vea así? Porque p-para mí se ve de esa forma y-

No está mal, Kookie, está perfecto.

Suspiró aliviado al recibir las palabras de su amigo, quien poco después acarició un poco sus cabellos.

Vamos a mi habitación a dejar nuestras cosas, ¿sí? A mamá le va a encantar conocerte, bebé.

Como era una costumbre para él, entrelazó sus dedos con los del mayor antes de que ambos subieran las escaleras de aquella gran casa.

¿Crees que a tus padres les caiga bien?, usualmente no le suelo caer bien a la gente por... Bueno, razones obvias, Jimin hyung.

¡Claro que les vas a caer bien! Y aunque no sea así, no importa mucho, pienso traerte muchas veces acá. Se van a tener que acostumbrar.

El castañito rió con ligereza al sentir al más alto picar una de sus mejillas con dulzura.

Una vez en el segundo piso, caminó al lado de su amigo hasta la habitación de este.

¿Quién iba a decir que antes de que pudieran llegar iba a salir su hermano mayor de su habitación?

Jungkook dejó de caminar al ver a aquel alfa desconocido a unos metros suyos, sus ojitos llenándose de pequeños brillos.

Y su omega, al igual que su corazón, acelerándose sin siquiera haberse dado cuenta.

Por un momento, se había olvidado de todo lo que pasaba a su alrededor.

¿Es que acaso había visto un príncipe?

Aquel chico... ¿Tan siquiera era real?

¿JungKook?

Ni siquiera escuchó a Jimin.

En cuando aquel alfa morocho le sonrió, Jungkook sintió como todo a su alrededor empezó a dar vueltas sin siquiera poder evitarlo.

TaeHyung, por su parte, miraba de forma curiosa a aquel pequeño y lindo omega.

Era tal y como un niño pequeño.

¿Ese era el chico del cual Jimin había hablando? Pero era... Mucho más lindo de lo que Jimin le había descrito.

Quizá debía comprobarlo.

Oye...

Se acercó al pequeño, quitándole los cabellos de la frente especial y exclusivamente para verlo a los ojos.

TaeHyung entonces supo que no iba a hallar jamás las palabras indicadas para describir aquella única belleza que aquel pequeño omega tenía.

(In)fidelidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora