Capítulo 12.

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La primera vez en la que Jimin vió a Jungkook contaba con dieciséis años, y el más pequeño, con tan sólo quince años.

Jimin al igual que Jungkook siempre se destacaron dentro de los estudios, por lo que ambos fueron invitados a un importante concurso que cruzaba a un sin fin de escuelas.

Tanto las de paga, como las que no.

Tanto la de Jimin, como la de Jungkook.

Al recién presentado omega le tocaba concursar con los alumnos de un grado mayor al suyo, pero estaba bien, porque se había preparado para ello.

El concurso se realizaba en una prestigiosa universidad, y Jungkook, fue directamente hasta el salón asignado, donde sólo habían algunos alumnos.

El resto estaba aprovechando para conocer un poco del campus antes de que el examen empiece.

Se sentó en la última fila, algo no tan habitual en él pero necesario gracias a la timidez que le traía el estar en un ambiente distinto al que acostumbraba.

En aquella fila, aparte de él, tan sólo había un alumno.

Alumno que, si bien no captó la atención de Jungkook en un primer momento, Jungkook sí había captado su atención desde que se acercó.

Para el alfa, era el omega más bonito que había visto alguna vez.

No podía... Dejar de verlo.

¿Quién era ese chico de ojitos bonitos?

Es como si todos sus sentidos se hubieran activado tan sólo de verlo.

Su alfa había aullado de la felicidad.

Aún así, tuvo que esconderse con algo de torpeza girándose en cuando JungKook alzó su vista hacia él, percatándose de que la mirada que sintió había sido del rubio.

"No parece ser malo".

U-uhm... ¿Cómo t-te llamas?

Preguntó el más pequeño, ya que Jimin parecía no querer girarse a verlo a los ojos.

Quizá lo había asustado.

Rió bajito, extendiendo su manita hacia él.

—Mi nombre es JungKook, ¿cómo te llamas tú? ¿Puedes girarte? N-no me molesta que me mires, ¡pero me gustaría verte a ti también!

Jimin tomó aire.

Se giró lentamente, siendo lo primero que vió la manita extendida de Jungkook.

Jimin supo en aquellos momentos que no podría conocer a un omega igual.

[...].

Estar en la cocina de madrugada, solo, hacia que esta se viera incluso más desoladora de lo que ya podía verse en soledad normalmente.

Pero, ¿quién lo podía culpar?

Si ya se había sentido confundido con sus propios pensamientos, con las palabras de Jimin se había confundido aún más.

Y era irónico, porque era la primera vez que pasaba, normalmente Jimin era el único en tener respuestas a todas las preguntas que podía hacerse.

Normalmente...

Entre tantas confusiones y sorpresas de aquel día, no fue sorpresa alguna que el que, hasta ahora era su esposo llegara de trabajar, y fuera específicamente a la cocina en donde estaba.

(In)fidelidad.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang