The Narrow Street «Mystic Messenger» [Jumin Han]

42. Caer en el dilema

—¿Tú... realmente estás enamorada de él? —volvió a preguntar, sin creer lo que acababa de oír.

—Lo estoy —afirmó otra vez—. Y estoy completamente segura que Jumin siente lo mismo.

El Sr. Han no decía ni una palabra, pensando en qué era lo que debía hacer después de esa confesión. ¿Debía irse y agradecerle por su sinceridad? ¿Podría cargar con ese sentimiento de culpa?

—Ahora puede irse —continuó—. Después de todo, eso no cambiaría nada. ¿Verdad? Lo importante es recuperar C&R, su 'dinero' —recalcó la última palabra.

—Nadie me había hablado así —contestó el CEO frunciendo ligeramente el ceño—, aunque no te equivocas. Me importa recuperar la compañía, pero no soy el monstruo que crees que soy. 

—Yo realmente no lo conozco aunque dudo que sea una mala persona o que no le interesen los sentimientos de su hijo, creo que el hecho de que haya venido hasta mi departamento lo demuestra. 

—Sí. Mis dudas empiezan a disiparse... pero aún no descifro el panorama completo. 

—¡Encontré helado! —La alegre voz de un pelirrojo resonó en la sala de estar, llamando la atención de ambos—. No sé por qué no tienes Honey Bu... ¿Buenas tardes?

Seven alzó una ceja, observando al mayor. Sabía que era el padre de Jumin, pero estaba completamente confundido por su presencia. Dejó el tazón de helado en la mesa más cercana y se sentó en el sillón, cruzando los brazos. 

MC miró a su amigo. No esperaba la visita del CEO, pero estaba aliviada de haber llamado a Seven para conversar. Sentía que ese empresario estaba llevando su paciencia al límite con sólo verlo. 

—Leí que hoy se firmaría el contrato de la fusión de las empresas —dijo Seven, mirando directamente al CEO—. Nunca he sido cercano a Jumin, pero estos días ha estado realmente extraño. ¿Qué clase de padre es usted?

La insolencia del chico lo incomodó, pero no podía contradecirlo. No después de las palabras de su hijo, que aún resonaban en su cabeza. Pensó en la fotografía que MC le había enseñado, la sonrisa genuina de Jumin era sorprendente para él. 

—Lo mejor será que me vaya. —Se levantó del sillón, tratando de ignorar la mirada de los menores. 

Caminó hacia la puerta del departamento con la intención de salir lo más rápido posible. Sentía que declinaría de su decisión si pasaba más tiempo conversando con la chica.

—Espere. —MC se levantó también—. ¿Podría decirme... qué va a pasar con Jumin?

—Todo está listo para la firma del contrato —suspiró. 

La mirada de MC se apagó, la visita había sido en vano. Dio unos pasos hacia atrás, observando al CEO abrir la puerta. Allí se iba su última esperanza de volver a estar junto al pelinegro. 

El teléfono del CEO sonó, haciendo que parara. Seven y MC lo miraban expectantes, él dudosamente contestó. 

—Padre, no sé si recuerdes que hoy es la firma de...

—Oh, Jumin. —Sonrió al oírlo, mirando de reojo a MC—. Estoy saliendo para allá.

—¿Dónde estás? —El CEO se quedó callado, se pudo escuchar una queja de parte de Soon del otro lado de la línea—. Padre... ¿Te tomará mucho tiempo venir?

—No, no estoy muy lejos.

—¿Me podrías decir tu ubicación? Enviaré al chofer Kim inmediatamente, quiero acabar con esto rápido.