Paper Hearts ❥ Kookmin Omegaverse {Paper Hearts I}

🐱Capítulo 38🐱

...

-¿Te ha contestado?- Jungkook preguntó apagando el extractor y sacando los filetes de la sartén.

El rubio gimió sentado en la encimera de la cocina, con su teléfono cargado hasta el tope pero carente de respuestas.

-No. Un día lo voy a matar de un disgust...- el rubio enseguida cubrió su boca- Lo siento.

Jungkook sonrió levemente y colocó cada filete en un plato.

-Está bien. A Taehyung también se le escapan esas cosas, no me las tomo a pecho. ¿Vamos a la mesa?

El rubio había podido comprender con el paso del tiempo que la muerte de sus padres era eso que Yoongi había estado tan reticente a contarle. Ahora entendía por qué. Jungkook se cerraba en banda, lo había hecho cuando se lo contó por primera vez y, cuando por accidente Jimin lo había sacado sin quererlo realmente, el azabache lo había rehuído de forma bastante descarada.

Era un tema doloroso, lo sabía, pero Jimin estaba seguro de que tratar de actuar como si no estuviera allí era todavía peor. Jungkook decía que tenía muchos problemas, probablemente ese fuera uno de ellos, y el Omega se preocupaba todas las noches porque estuviera realmente bien.

Quizás un psicólogo sería una ayuda perfecta, y ya no sólo para al menos tener alguien experto con quien hablar el tema de sus padres, sino también para sus ataques de ira, para su poca motivación por absolutamente todo. Jimin no sabía sobre el tema demasiado bien, y tampoco quería decírselo y sonar como un condescendiente. El rubio apenas había formado parte de su vida dos meses, no podía de pronto creerse el dueño de ella.

Lo cierto, era que Jimin sólo se preocupaba por él, porque lo quería.

Lo quería mucho.

Y quería decírselo tan mal.

Ese era otro de los pensamientos donde había mantenido ocupada su mente, pero de nuevo, salían a flote sus inseguridades. El hecho de no saber si sería respondido de vuelta de la misma forma. Si Jungkook pensaría que las cosas estaban yendo demasiado rápido.

Días atrás lo había llamado su Omega.

Eso tenía que significar algo ¿no?

¿Por qué no lo había vuelto a repetir? Se preguntó decaído en su mente.

-Hey- el azabache chasqueó los dedos frente a su rostro- ¿Estás ahí?- bromeó.

Jimin surgió de su trance y volvió a la realidad.

-Sí- musitó ruborizado- Estoy pensando.

El tatuado llevó un trozo de carne a su boca y masticó.

-¿En qué?

La nariz del rubio se arrugó cuando lo imitó.

-En que esto sabe fatal- contuvo la risa, pero a los segundos estaba riéndose avergonzado- L-lo siento- cubrió su boca divertido.

El pelinegro alzó las cejas y se recostó en su silla.

-Es carne de marca blanca del supermercado.

Jimin masticó desganado.

-Lo sé- el rubio tragó con dificultad- Es la que hace papá. Cuando no mira se la doy de comer a Nun- confesó.

-Entre esto y saltarte las clases de educación física, estás hecho un rebelde, Jimin. ¿No crees que eres una mala influencia para mí?- se burló masticando una patata.

El rubio boqueó ofendido.

-Serás- lo señaló con su dedo amenazante- Por tu culpa me han castigado, y nunca me habían castigado.