🐁Capítulo 39🐁

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Para una persona que jamás había sentido interés por nada, amar a alguien era un oasis en el desierto.

Era todo en lo que volcarse, todo de lo que preocuparse y proteger.

Jimin era ese pequeño oasis.

Tan pequeño, con un corazón tan grande.

Las cosas se habían vuelto demasiado sentimentales aquella noche, pero había formado parte de hacer el amor. Había consistido en desnudarse, de tantas y bonitas formas, hasta que se conocieron al completo.

Estaban bien.

Todo iría bien.

Aquella noche, Jungkook apresó al Omega entre sus brazos y durmió como un bebé. Paradójicamente, fue Jimin quien tuvo una pequeña pesadilla. Se despertó en mitad de la oscuridad con el corazón latiendo a mil, pero pronto cayó rendido de vuelta.

Había tenido unas cuantas pesadillas últimamente, donde Alfas con rostros borrosos se sobrepasaban con él.

Jimin quería pensar que no era más que su subconsciente jugándole una mala pasada, después de toda la tensión acumulada. Así que cerró los ojos de nuevo y se durmió.

Por la mañana, Jimin fue el primero en despertar, y por un tiempo dejó al Alfa dormir todo lo que quisiera, pero cuando las horas se sucedieron y aquel oso perezoso no se despertaba, sino que roncaba más alto y prolongado, Jimin hubo de tomar cartas en el asunto.

Antes de hacerlo, se levantó un momento para ir al baño, y cuando volvió, Jungkook estaba con los ojos bien abiertos, desperezándose y maldiciendo a la luna por el sueño que todavía tenía.

Al parecer sólo había necesitado de la ausencia del rubio para que su sueño se fuera a la más remota mierda.

Genial, ahora también era un adicto a dormir con él.

Después de desayunar entre sonrisas tontas y besos, el Alfa lo dejó en su casa con la promesa de que se verían el lunes en clase, a falta de poder hacerlo el fin de semana, porque Jimin tendría que estudiar para sus exámenes.

Y cuando la tarde del sábado llegó, Jungkook arrancó la moto rumbo a la dirección donde Taehyung esperaba en su nuevo trabajo.

Aparcó en el primer sitio que encontró y se bajó confundido. Aquella era la calle y el número correcto, pero no veía ninguna tienda donde trabajar.

Frunciendo el ceño, sacó el teléfono de su bolsillo y revisó la dirección. Calle Seomgu, número cinco.

Estaba frente al número cinco de esa calle, y todo lo que sus ojos podían abarcar era una peluquería de jodidos perros.

Era una broma ¿verdad?

La puerta de la tienda se abrió y apareció Taehyung con una sonrisa burlona.

El azabache comprendió.

-No- Jungkook gruñó.

-Jungkook, venga pasa- expuso amistosamente haciéndole señas.

-No me jodas, Taehyung- lo fulminó con la mirada- Dijiste una tienda.

-Una tienda, un comercio, ¿Qué más da? Es lo mismo- farfulló despreocupado- Anda, pasa...

-¡Hola! ¿Eres Jungkook?- una señora bajita y regordeta hizo acto de presencia junto al Alfa rubio, sonreía de forma dulce y amigable y desprendía un fuerte aroma a cerezas- Mi nombre es Chaewon- le ofreció la mano.

Jungkook se la devolvió lentamente, más por cortesía que porque verdaderamente estuviera entendiendo lo que estaba ocurriendo.

-Eh... Creo que ha habido un e...-

Paper Hearts ❥ Kookmin Omegaverse {Paper Hearts I}Where stories live. Discover now