2: Desconocidos

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El día había sido muy productivo, o al menos así lo veía Tanjirou

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El día había sido muy productivo, o al menos así lo veía Tanjirou.

Faltaba una hora para cerrar y Giyuu ya estaba pensando en cerrar antes, hubo mucha clientela en la mañana y como resultado; ellos estaban hechos polvo...bueno, casi todos.

El pelinegro aún se preguntaba como hacía su empleado favorito (según Zenitsu) para seguir fresco como una lechuga a pesar del abrasante calor y la clientela abundante.

Claro que se alegraba por tener clientes, pero su anatomía no era la mejor en resistencia.

-Giyuu-san, ¿está bien?-el mayor de los Kamado ya empezaba a preocuparse por su jefe, parecía que se desplomaria en cualquier momento.-

-¿Eh?-

-Puede descansar un momento, nos prepararemos para cerrar, después de todo ya casi no hay clientes a la vista.-

-Gracias, iré a la cocina.-el pelinegro asintió levemente y salió de alli.-

...


Volteó lentamente a analizar su alrededor: Zenitsu daba vueltas en la silla giratoria de Giyuu-san, Obanai-san estaba dándole de comer a su serpiente y el cubría el puesto de mesero.
Les faltaba personal, pero cuando él regresará podrían aligerar la carga de esos días de verano llenos de turistas curiosos.

Antes de seguir divagando en lo profundo de su mente, la campanilla sonó.

Se irguió inmediatamente con una sonrisa amable, listo para atender con suma tolerancia, cosa que cabe recalcar; Zenitsu no podía hacer y por eso el recibía a los clientes.

Por la puerta vio pasar a un hombre alto (muy alto) que iba vestido con una campera, atrás de él un peliblanco con una sonrisa egocéntrica y una pelirosa con una sonrisilla, hicieron acto de presencia, seguidos de un chico de pelo negro con una camisa semiabierta y unos hermosos ojos azules.

-Buenas tardes, bienvenidos a "Cafetería pilar"- dió una pequeña reverencia con la cabeza y espero a que hicieran su pedido mientras los guiaba a una mesa con espacio para cuatro.-

-Son seis.-

-¿Perdón?-

-Queremos una mesa para seis.-

-Ah, claro.-busco rápidamente una mesa con la vista y los dirigió hacia ella.-

-Oye...-

-¿Si?- Tanjirou giro el rostro para ver quién lo llamaba, ¿tendrían alguna queja? ¿estarían inconformes con su servicio?
Estaba un poco distraído, pero fue afable todo el tiempo, ¿no?.-

-¿Nombre?-

-Se sorprendió por la pregunta pero se recompuso casi de inmediato y le dió una de sus mejores sonrisas al pelinegro de ojos verdes para luego contestarle-Mi nombre es Tanjirou Kamado, yo los atenderé en esta ocasión.-

...

El albino mayor sonreía divertido ante la interesada expresión de su amigo azabache, podría molestarlo con esto por semanas, entonces se giro a ver a sus demás acompañantes: al parecer los otros dos también se dieron cuenta de las -para nada- discretas miradas que su amigo le daba a aquel lindo mesero.

La cafetería ya estaba vacía, por lo que pudieron escuchar claramente como Zenitsu roncaba en el mostrador.

-Se aclaro la garganta-¿Qué les gustaría pedir?.-

-Quiero lasaña.-

-Idiota, esto es una cafetería no un restaurante nocturno.-el albino le dió un golpe en el hombro al chico de los ojos verdes.-

Eso hizo que Tanjirou frunciera un poco el ceño, no le gustaba la violencia innecesaria.

-Aqui no tenemos eso, pero puedo ofrecerle una tarta de manzana.-

-¿Tarta de...?-

-Es un postre delicioso, seguro será de su agrado.-

-¡Entonces dame eso, Gompanchiro!-el pelirrojo hizo una mueca divertida, ese chico de ojos verdes era muy gracioso.-

-Es Tanjiro.-

Los tres restantes también hicieron su pedido y charlaron un poco.

-¿Tanjiro?-El jefe del lugar estaba listo para irse. Llevaba una camisa negra, unos jeans y un suéter azul claro abierto.-

El pelirrojo sintió un poco de pena, sabía que Giyuu-san ya estaba cansado, pero aún quedaban clientes por atender y no podían simplemente echarlos.

-Lo siento, Giyuu-san. Tenemos clientes de imprevisto, usted y Obanai-san pueden irse, yo y Zenitsu nos quedaremos y cerraremos la cafetería luego.-

-¡¿Qué?!-Zenitsu se levantó de un salto de su lugar de descanso y miro horrorizado a Tanjirou, ¿dijo que se quedarían? El tenía que ir a ver su novela de las 6:00, definitivamente no se quedaría allí.-

-Zenitsu, baja la voz, molestaras a los clientes.-

-¿Que clien-oh...- su mirada se poso en la única mesa ocupada en todo el lugar.-

Rojo y dorado chocaron.

Un escalofrío recorría por toda su columna, esas personas eran atemorizantes, en especial el tipo albino y de ojos rojos...¿sería acaso un vampiro?

La campana volvió a sonar, todos se giraron a ver a los recién llegados, cada uno con una reacción diferente y muy suya.

-Ya llegamos...-

-Tsk, el auto se averió en medio del camino.-

-¡Genya-san! ¡Rengoku-san! Los estábamos esperando, se demoraron mucho~.-hablo la pelirosa lanzándose sobre el chico de la cicatriz, acción que hizo que Obanai, que desde haces unos momentos observaba embelesado a Kanroji, cambiará su mirada normalmente apacible por una que decía "tengo listo un ataúd para ti".

-Cuanto tiempo, Tomioka...-

-Kyoujuro...-




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Hey, pelirrojo! (Inotan)Where stories live. Discover now