El olor a cigarrillos y cerveza entraba por sus fosas nasales y se impregnaba en su mente trayendole recuerdos para nada gratos.
Odiaba esa clase de cosas.
Paso al lado esos chicos que tomaban y fumaban despreocupadamente de manera rápida. Sin siquiera un leve saludo o una mirada.
Ignoro al tipo de cabellos rizados que le ofrecia una botella olímpicamente y abrió la puerta de su departamento, cerrandola de un portazo al entrar.
Dejó su mochila en el desgastado sofá y camino a la cocina en busca de su pequeño descanso.
Se sirvió un vaso de agua y tomo entre sus manos dos pastillas, engullendolas al instante.
Hoy tampoco queria quedarse en la realidad.
Fue a su habitación y se recostó esperando a que las pastillas para dormir hicieran efecto.
Sabía que los jóvenes de su edad solían drogarse, con droga real.
Pero no le veía la gracia a hacerse dependiente de unas bolsas con polvo blanco, además, el sueño era más reconfortante.Asi es, dormiría.
Desde hace unos había obtenido este hábito dado que su insomnio parecía crecer y crecer cada vez más.
No fue fácil conseguirlas sin someterse a estudios médicos pero sabía cómo moverse por allí.
En algo tenía que parecerse a Sanemi, ¿No?
Sanemi...Hace mucho que se habia ido.
¿Como le iría? ¿Sería feliz? ¿Lo habría olvidado? ¿Él si podría dormir en las noches?
Su memoria voló a cuando eran niños y jugaban a las luchas, él siempre terminaba ganándole, pero en lugar de disfrutar su victoria, le tendía la mano y lo ayudaba a ponerse de pie.
Siempre lo vio como un héroe. Alguien en quien confiar. En su pequeña cabezita de siete años, su defensor y compañero de travesuras nunca le haría daño.
"Cuanto me hubiera gustado que fuera verdad."
Pero no lo era, y tenía que aprender a vivir con que no era lo suficientemente bueno para tener el cariño y protección de Sanemi.
Si, Sanemi. Porque le había prohibido llamarlo hermano y aún si sabía que no tenía forma alguna de saber sus pensamientos, quería al menos en eso, ser suficiente.
Sabía que era débil e inútil, inservible y un fiazgo.
Por eso decidió tratar de mejorar y así, talvez, algún día, poder mirarlo a los ojos.
Poder ver a su héroe como un compañero de nuevo.
Sintió sus ojos pesados y se dio cuenta de que estaba a punto de quedarse dormido, así que se tapó y se dispuso a tomar un descanso de unas horas antes de ponerse a estudiar para su examen del lunes.
Estudiaba gramática y literatura.
Le fascinaban las posibilidades de expresión que podían tener los libros y las letras.Nunca fue muy bueno comunicándose.
Es por eso que le gustaba crear pequeños relatos en los que sacaba más emociones que cuando sollozaba a solas en la noche.
Ser escritor puede no ser definición de "éxito" para muchos.
Aún así iba a perseguir eso, ya que sentía la necesidad de aferrarse a algo, algo que no se vaya.
Entonces, lo lograría y podría estar a su lado.
Esperaba, al menos tener esa oportunidad, porque ser abandonado dos veces...no lo soportaría.
Nota: Aquí Sanemi y Genya, no son hermanos biológicos.
ВИ ЧИТАЄТЕ
Hey, pelirrojo! (Inotan)
ФанфікиTanjirou trabaja en una cafetería a tiempo completo pero un día se encontrará con el ciclón que pondrá de cabeza su vida y las de los que lo rodean. Inosuke siempre ha vivido su vida despreocupadamente, pero eso cambiará al encontrarse a alguien, má...