8: Conociendote (2/2)

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Caminaban lentamente, sin prisa

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Caminaban lentamente, sin prisa.
Tratando de alargar lo que restaba del camino porque aún no querían despedirse.

Sumidos en un silencio de todo menos incómodo.

Ambos habían disfrutado de esa tarde llena de despreocupación y efusividad.

Inosuke estaba cómodo con la presencia del pelirrojo, era calmado pero tenía una determinación y rudeza que salía a flote si lo retabas.

Y podía ser muy intimidante, como hace un rato cuando evitó, con solo la expresión de su rostro y unas cuantas palabras, que el de ojos verdes se metiera en una pelea por un turno en la fila de golosinas.

La chispa en sus iris rojizos demandaba confianza y daba cuidado y atención.

Inosuke siempre fue muy dependiente, su madre siempre habia sido muy atenta con el hasta antes de morir, y sufrió la soledad cuando se halló a si mismo solo y sin nadie que se preocupara por el como antes.

El repentino cambio de ánimo del pelinegro preocupo y llamo la atención de Tanjiro inmediatamente.
Hashibira pocas veces se estaba tan quieto y silencioso, esto, aunque el Kamado mayor no lo conociera demasiado, lo tenía muy claro desde el primer momento.

—¿Pasa algo?—

—¿Umh?—

—Ese que de repente te quedaste con un aura pensativa.—

—¡Ja! No es nada, el gran Inosuke solo recordaba a la antigua reina.—

¿Antigua reina?—su voz y sus pensamientos salieron juntos sin darse cuenta y se cubrió temiendo preguntar de más.—

Mas, contrario a lo que Tanjiro pensó, el pelinegro lejos de verse incómodo, sonrió con mostrando todos los dientes con cierto deje nostálgico en sus ojos color esmeralda.

—Mi madre.—

—Oh...—

Muchas ideas surcaron por la mente del camarero.

Quizás su madre está de viaje.

¿Divorcio?

Quizás solo no tienen una buena relación.
Pero parecía sentir nostalgia, talvez-


—Ella estaba enferma y murió cuando tenia ocho años.—

—A-Ah, yo lo siento mucho, no quise...—

—Esta bien, Kentaro parecía querer saber y al rey de la montaña no le molesta hablar de ella.—

El pelirrojo espero pacientemente y con una postura algo rígida a que Inosuke empezará a hablar.
Tenía curiosidad pero también estaba esa espinita clavada en su pecho por pensar que estaba mal entrometerse en la vida de un desconocido y además oírlo hablar de algo tan importante.

—Mi madre siempre era buena conmigo, me enseñaba juegos y cocinaba comida deliciosa...pero, mi padre no era igual, el solo nos quiso hacer daño, por eso nos alejamos de el y, en todo ese tiempo, aún si mi madre estaba enferma se dedicaba a mi.
Bueno, ella era un sol conmigo por eso no me entristece recordarla, ¡me pone feliz!—

Tanjiro sintió que se le oprimía el corazón al ver sus brillantes ojos llenos de una emoción desbordante.

Sabía lo  que era sentirse solo y extrañar a alguien importante.
Se sentía importante por el hecho de que el de ojos azules le halla contado eso.
Sabía que no era un problema decirlo para él, pero, aún así, ver tantas emociones distintas en el remolino acelerado y fugaz que era Inosuke todos los días, lo hacía sentir especial de alguna manera.

El pelinegro confío en el...quería hacer lo mismo.

—Mis padr-

Se detuvo de golpe al ver una figura familiar a unos cuantos metros delante de ellos.

—¡Tanjiro-kun!—


"Volvió..."



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Hey, pelirrojo! (Inotan)Where stories live. Discover now