4: Inicio del plan

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Vio de reojo al azabache que caminaba a unos cuantos metros atrás de ellos

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Vio de reojo al azabache que caminaba a unos cuantos metros atrás de ellos.

Desde que el y Zenitsu salieron del café, ese chico los había seguido discretamente.

Al inicio creyó que iban por el mismo camino, pero dudó de eso cuando el ojiverde empezó a tratar de ocultarse entre los arbustos, que decoraban las calles cada cierto tramo del camino.

Eso no lo molestó, pero si le estaba empezando a incomodar.

Su compañero rubio pareció darse cuenta de esto ya que se tensó.

—¿Crees que nos quiera robar? ¿Que podemos hacer Tanjiro? No puedo morir tan joven, ¡aún me tengo que casar con Nezuko-chan!—

Centro toda su atención en el ojimiel.
No le gustaba que juzgará así a la gente, puede que sólo fuera por miedo -sentimiento muy común en el de mechones dorados- pero aún así no debía de hacerlo, esa era una conducta totalmente superficial que sus adorados padres le enseñaron a no imitar y, si era posible, corregir.

Además...dudaba de que su hermana se enamorara de Zenitsu, ya que por lo que tenía entendido, solo lo veía como un hermano.
Sintió un poco de pena por el rubio, algún día tendría que enfrentar esta realidad.

—No digas eso Zenitsu, es descortés pensar de esa forma. Talvez solo quiere hablarnos.—trato de darle una sonrisa de lo más calmada posible para transmitirle seguridad.-

—¡Si nos quisiera hablar, lo hubiera hecho hace diez minutos, cuando salimos de la cafetería!—

Bueno, tenía un punto, si el azabache quería hablarles, ¿porque no lo había hecho?

"Puede que no halla encontrado la forma de hacerlo antes."

Si, podría ser eso, visto que el pelinegro parecía no tener muchos modales era probable que no sepa cómo tratarlos.

Decidido, lo averiguaría por su cuenta.

—Disculpa...¿Necesitas algo?—

...

El pelinegro asomo su rostro, que estaba oculto hace unos instantes por el poste de luz, encontrándose con un par de iris rojizos que lo miraban amables y con un deje de curiosidad.

Inosuke, por naturaleza efusivo y a la defensiva, dió unos pasos atrás, nervioso por la repentina atención del pelirrojo sobre el.

Lo había seguido por recomendación de Usui y Mitsuri.

Según ellos si quería cortejar de manera correcta al lindo mesero, podía empezar con pequeños gestos como acompañarlo a casa.

Si, se dio cuenta de esa rara sensación que se instalaba en su pecho cuando ese ángel lo trataba bien y lo hacía sentir bonito, como cuando ganaba en una pelea, dejándolo con ganas de ir allí todos los días para ver su sonrisa o golpear su cabeza contra un muro por la desesperación que le hacía no saber que pasaba consigo mismo.

Le describió su situación y le preguntó a Usui si estaba enfermo o tenía un superpoder que recién comenzaba a manifestarse.
El albino se rió por unos momentos y luego procedió a explicarle porque se sentía así.
En realidad no entendió mucho pero su amigo dijo que era como empezaban los protagonistas de las novelas que Matsuri los obligaba a ver los fines de semana, así que se dispuso a cortejar al mesero para luego tener muchos hijos que, obviamente, serían pequeños príncipes de la montaña a los que les enseñaría a pelear y ser tan geniales como el.


Nada podía salir mal.


Pero si salió mal, el pelinegro debía dejar de celebrar antes de tiempo.

Ese molesto mono amarillo se le adelanto y empezó a caminar con el pelirrojo de sonrisa cálida, cuyo nombre no podía recordar.

Así que decidió dar uso a sus técnicas de ninja de alto nivel, que había aprendido viendo esa serie de muchos capítulos con Toremi, un año atrás.

Pensó que podía esperar a que el otro se fuera para poder estar con su futura reina pero lo habían descubierto y ahora no sabía que decir.

Sintió las palmas de sus manos húmedas y se paró firme, listo para comenzar el plan: "Conquistando al pelirrojo".
Este nombre elegido por desición unánime del grupo.
Si, no eran especialistas en crear planes y mucho menos ponerles nombres.

¡El era el gran Inosuke! ¡El supremo rey de la montaña!
¡El no le temía al chico de los bonitos ojos esmeraldas!
¡De seguro el lindo mesero ya lo quería de la misma forma!

-¡Yo te llevaré a casa! ¡Entonces serás mi reina!-


...

El rostro del pelirrojo se descompuso en una mueca que expresaba solo una cosa: sorpresa.

¿Realmente acababa de escuchar eso?

—¡¿Qué?!—se hizo presente la voz de Zenitsu totalmente anonadada.—

Tanjiro creyó que si no estuviese tan acostumbrado a los exagerados gritos de su amigo, definitivamente se hubiera quedado sordo.

No estaba seguro de cómo interpretar lo que le había dicho el ojiazul.

"¿Ser su...reina?"

No entendía nada y se dispuso a hacerselo saber.

—¿A-A que te refieres con eso?-tartamudeo tratando de capturar la mirada del pelinegro que parecía querer evitar la suya a toda costa.—

—Inosuke trato de contener su sonrojo dándose media vuelta. ¡Se estaba avergonzado frente al chico de ojos carmín! Esto no era parte del plan.—E-Es...¡Es demasiado tarde para que dos debiluchos como ustedes se paseen por allí!—

La declaración hecha por el otro los tomo desprevenidos; causando enojo inmediato en el de ojos dorados y una pequeña risilla en el de hebras rojizas que ahora se encontraba sin ningún tipo de tensión.

El mayor de los Kamado se dio cuenta al instante que eso no era ninguna clase de insulto, pues, la posición rígida del cuerpo del azabache y la inseguridad al comienzo de su frase dejaban entrever afecto y vergüenza puros.

Tanjiro sabía que no era una mala persona, si, se dio cuenta de ello la primera vez que lo vió.
Parecía algo infantil e orgulloso.

En sus pupilas azul marino no detecto ninguna malicia, así que, ¿Porque ser tan cauteloso?

Además es un conocido de Rengoku-san, Rengoku-san es amigo de Tomioka-san, entonces debe ser confiable.

-Claro, puedes acompañarnos.-

"¿Nezuko habrá hecho sus deberes?"

"¡La misión va siendo exitosamente exitosa!"

"¡¿Qué diablos está pasando aquí?!"



"¡¿Qué diablos está pasando aquí?!"

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Hey, pelirrojo! (Inotan)Where stories live. Discover now