LÁGRIMAS DE ORO

717 70 10
                                    

CAPÍTULO 8.

No cambiariá nada de lo que tenía. Ahora que las cosas habían cambiado. Terry había sentado la cabeza. Se había establecido, había madurado y era...

¿Qué era ?


Ya sé había casado. Ya no necesitaba a una esposa. Así pues, ¿qué iba a hacer ahora? Por primera vez, Terry no tenía propósito en la vida. Por primera vez, el hombre de los planes no tenía ningún plan. Iba a dejarse llevar, como el viento.

Terry. ¿ Y, qué hay con la felicidad?

Terry no era conciente que estaba allí, en ese momento, junto a él.

-Este lugar es tuyo. Preguntaba Candy.

Habían regresado por una hora al pueblo. Necesitaban hacer las compras.

-Sí. También es tuyo,
-No necesito nada de esto.-Terry sonríe.

-Eres increíble -añade. A juzgar por las cejas enarcadas, y las palabras. Candy adivina que está impresionado; le dirige una sonrisa cohibida. Terry le toma la mano enguantada. Pasean de la mano por el sendero que recorre la costa y se detienen junto a una tierra en ruinas.
-¿Qué es este lugar? -pregunta Candy con curiosidad.

-Una mina de estaño abandonada.

-Enserio.


-Si. En su tiempo fue muy productiva, gracias a eso mi bisabuelo y abuelo construyeron escuelas, caminos e iglesias, y se fundaron otros pueblos.

- Qué bueno. Es algo muy bonito y debes de sentir mucho orgullo. Terry está impresionado por las palabras de Candy.

Candy y Terry se apoyan en la grava de piedra. Ambos contemplan el mar, mientras las olas y el viento helado silba entre ellos.

-Qué bello es este sitio -musita Candy con sinceridad-. ¿O, es porque estoy con Terry?

-Adoro este lugar. Es donde crecí.
-

¿De verdad?¿Que hacías en Nueva York?


-Qué no hacía.

-¿Qué significa esa respuesta? Levanta la vista y me mira con sus ojos verdes y seductores. ¿Qué puedo decir? Tenía planes y tú te cruzaste en mi camino, y entonces todos mis planes se fueron por el garete.

-Tengo siete Night Clubs en Nueva York. Candy abrió la boca, pero Terry no esperó. -Vamos, demos un paseo hasta donde termina el camino, termina este pueblo, y empieza el otro. Te encantará.

-¿El pueblo? Candy no ha visto ninguna casa durante el paseo. Solamente el restaurante con dos clientes.
Ellos...

-GrandChester. Si. Es un pueblecito al otro lado de la colina. No es turístico, pero hay mucho que camino te va a gustar.

-Las fotografías del apartamento de Nueva York, ¿son de aquí? -pregunta Candy, acomodándose a su paso y da un respingo cuando Terry entrelaza sus dedos con ella.
Terry se sorprendió que Candy notará lo que nadie hast ahora podía ver.
-Si. Sabes Candy. Eres la primer persona que lo nota. Candy se siente muy bien con esas palabras. Los dos juntos como si fueran novios Caminan, exploran, ríen y sin ser concientes se conocen.

LÁGRIMAS DE ORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora