LÁGRIMAS DE ORO

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CAPÍTULO 18.

Cuándo William hablo con Anthony la primera vez después de años sin tener ninguna noticia de su paradero, Anthony no sabía de su enfermedad, sino hasta algunos días después. La noticia le cayó de golpe aplastándolo y dejándolo sin palabras. En un principio Anthony creyó que el abuelo William quería una explicación sobre la situación que enfrentaba la Andley Inc. Y sintiendo que no podía más haciendo algo que a él no le gustaba hacer. Anthony sé sincero con William.

-Lo siento abuelo William -dice Anthony con pesar-, pero he comprendido que los negocios de la familia no es lo mio. Por eso he tomado una decisión, voy a dejar mi lugar a Archie. No pienso dejarlo sólo, sino hasta que esté acomodado. Creo que es el indicado para llevar el control de la Andley Inc.

William no sabía explicarlo pero siempre supo.

-Te comprendo, y se que estás en la Andtley Inc por decisión de Elroy. -Dice William. -Sinceramente nunca considere que fueras tú quien tomara el control de las empresas. Sin embargo he de reconocer mi error al confiar en Elroy para cumplir mis órdenes, pero un hombre con mis años de experiencia no puede dejar todo por lo qué ha trabajado el la vida en manos de otra persona aún sabiendo que esa persona es de la familia.

-No comprendo - Anthony pregunto confundido.

-Nada hubiera afectado a la fortuna de los Andley. Simplemente por qué no estoy en la empresa y para declararme muerto necesitaba pasar un año desaparecido y yo siempre de alguna manera he mantenido contacto con mis abogados.

Anthony no había pensado en eso, y en realidad nadie de la familia, Anthony había estado en mucha tensión, tenía los contantes reproches de Elisa y además la presión de la tía Elroy. Ahora veía todo diferente, era como si hubieran alumbrado un cuarto que estaba todo oscuro y por fin pudiera dejar de andar a ciegas. Pero todo ese momento de claridad se esfumó cuando supo que el abuelo William tenía Cáncer terminal. Anthony hubiera preferido mil veces los reclamos de su abuelo, que la enfermedad que tenía el abuelo William, y supo en la segunda llamada por qué se había alejado de todos. Anthony había sentido el dolor que William vivía desde que supo que iba a morir.

-Siento tanto el dolor que les voy a ocasionar, que no sé si voy a ser capaz de perdonármelo. Escucharlo y sentir su angustia tocó el corazón de Anthony y, como entendía lo que quería decir, musitó:

-No piense así, Abuelo William. La medicina prospera día a día y...

-Es inevitable que lo piense. Algo me dice que la medicina tardará en encontrar una cura para mi y yo no voy a estar aquí -susurró William con desesperación mirando el mar, que se veía desde su preciosa terraza. Anthony guardo silencio. William no pudo continuar. La angustia se apoderó de él y, agradeció estar solo para que no vieran sus ojos anegados en lágrimas, respiró hasta que de nuevo fue capaz de tomar el control de su cuerpo. -Candy está sufriendo. Sufre mucho por lo que me ocurre, pero no dice nada. Sé que se ha prometido no llorar Frente A mi y sé que lo va a cumplir. Por ello te pido que estés a su lado porque, cuando rompa a llorar, no va a parar. Por favor, cuando ocurra lo que es inevitable, te ruego que la ayudes a ella y al resto de la familia. ¿Lo harás?

-Por supuesto. Eso no lo dudé -asintió Anthony conmovido. No era el primero con el que vivía aquel miedo, aquel horror y, cuando Anthony escucho más tranquilo a William, añadió:

-Sé que el camino que ahora recorre no es fácil, pero por Candy y por lo mucho que la quieres, ahora más que nunca tienes que hacerle saber lo importante que es para ti y lo mucho que te importa, porque necesitará recordarlo.

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