LÁGRIMAS DE ORO

524 67 17
                                    

CAPÍTULO 12.

—Si haces que, Candy se enamore de ti —dice Jefferson —pon un poco de tu parte, y amala también. O Termina todo lo que me sigue pareciéndo una estupidez, y regresa con Savanna que es a quién amas, ¿No?

Terry no dijo nada, en principio porque no quería darle el gusto de verlo justificándose, y luego, porque simplemente no supo qué contestar. Jefferson caminó por su amplio recibidor, mirándose las manos con un ceño preocupado. Jefferson esta preocupado por Terry y Savanna.

Savanna vio a Terry. Obviamente había escuchado la conversación de Terry y Jefferson. Terry estaba enamorado de ella. Lo había dicho Jefferson y Terry no lo negó. Sin pensar Savanna le pregunto.

—¿Se llama Candy?

—Sí. Es el nombre de mi esposa —Dice Terry de inmediato, y no quiso ocultarlo, y Savanna sintió un dolor en el corazón pero   con una voz tranquila respondió:

— ¿Por qué te casaste con ella? Savanna quiso saber todo sobre Candy. Terry no respondió a la pregunta, se dio la vuelta y dijo con voz tranquilamente,

—Savanna, ya qué se tu motivo por qué te fuiste, y ahora que estás mejor debo irme, cuídate mucho. Puedes alojarte en la casa de Oxford hasta cuándo quieras, nadie ira a molestarte. Savanna al oír que quería irse, lo abrazó fuertemente y dijo;

—No, no, no te vayas, te digo que no. ¿Sabes lo que me ha costado estar aquí? No quiero que te vayas. Terry quitó las manos de Savanna,

—¡Savanna, ya basta! Terry se alejó, cuando estaba a punto de marcharse, oyó la amenaza de Savanna.

—¡Si te vas, me voy a suicidar! Savanna lo amenazó enojada, solo quería que Terry estuviera con ella, no le importaba qué método usar. Terry se paró en seco, sabía perfectamente cómo era Savanna. Si se marchaba era capaz de hacerlo.. Savanna vio que Terry se paró, corrió rápidamente hacia él y lo abrazó por la cintura, con la cabeza pegada a su espalda dijo

—Quédate a mi lado, tengo miedo a estar sola. Terry no dijo nada, porque se sentía impotente.

—Savanna, por favor. Terry trataba de tranquilizarla, —Eres joven, puedes encontrar a un hombre que te ame, y... Savanna no le dio la oportunidad para terminar sus palabras, interrumpiéndolo,

—¡Yo no, no puedo! Savanna estaba gritando. Nunca se había imaginado que Terry la estuviera dejando. A pesar de que no se habían visto durante tantos años, siempre creía que Terry y ella podrían vivir juntos. Terry al ver a Savanna así, no se atrevió a decir más, porque no quería hacerle más daños. Pero los ojos de Savanna ya estaban llenos de odio. En su interior, estaba pensando, ¿No te lo dejaré Candy? Por qué Terry es mío.

Terry finalmente no consiguió convencer a Savanna, lo único que podía hacer era consolarla y le ayudó a tranquilizarse.

Hasta las diez de la noche, cuando Terry pudo tranquilizar a Savanna dejándola dormida, regresó a la isla. Tenía mucho que hablar con Candy, Llevaba todo para hacer una cena. Terry luego de la cena, le diría que la quería y que deseaba iniciar todo. Conquistarla. Estaba cansado de tener que guardar silencio al respecto. Quería poder hacerle el amor sin miedo a que sus sentimientos afloraran de un momento a otro, decírselo en susurros, a gritos, por escrito, por teléfono. Quería decírselo. Y luego, que fuera lo que Dios quisiera. Terry estaba ansioso de llegar y nunca un viaje de veinte minutos se le había hecho tan largo.

LÁGRIMAS DE OROWhere stories live. Discover now