Una cita antes de la presentación

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Los personajes no me pertenecen, son de la llama asesina, yo solo hago que ellos se amen y tengan hijos.

A partir de este momento solo estaré usando esta cuenta y la de AO3 (aquí podrán ver los vestuarios que usan).

*w*

Despertar junto a Levi había sido la experiencia más linda en su vida, el hombre lo tenía abrazado fuertemente a su cuerpo, donde pudo detallar esa piel lleno de heridas ya cicatrizadas, ese rostro que se veía tan pacifico mientras dormía, sobre todo notar que el ceño fruncido seguía ahí, cosa que le hizo reír un poco.

Pero lentamente fue soltándose, debía salir antes que alguien notara que no estaba en su cuarto y así empezar una pelea innecesaria, así que cuando lo logró, tomó su ropa salió lo más rápido posible, al llegar a su cuarto, tomó una ducha, aunque no quería perder ese delicioso aroma de su cuerpo, debía hacerlo.

Salió, se colocó uno de los kimonos más suaves que tenía, debía ir por su vestido de presentación, así que, aislando sus sentimientos, fue directo al comedor, comió solo un poco, se terminó de arreglar y salió.

—Pensé que te quedarías conmigo – esa fuerte voz, hizo que su piel se erizara, giró de inmediato – así que me sentí algo traicionado.

—Lo lamento – se inclinó un poco en señal de vergüenza – pero temí que mi hermano fuera y no me viera.

—Vamos – lo vio caminar, fue detrás de él, dejando un espacio entre ellos.

El silencio era agradable, no solo el de la calle sino entre ellos, podía detallar la belleza de la pequeña ciudad que lo vio crecer, donde corrió para evitar sus clases, podía verse ahí con sus amigos comiendo dulces.

Aunque había tenido momentos muy dolorosos, todo quedaba en un segundo plano cuando recordaba que sus amigos siempre estuvieron ahí, ellos serían felices con personas que de verdad los cuidarían y amarían.

—Venga un momento – lo tomó del brazo, empezó a llevarlo a su lugar favorito – aquí podrá probar el mejor pan del mundo.

Al llega al lugar pidió ese delicioso pan de frutos rojos con un té verde, que combinaba a la perfección, se sentó a su lado pudo ver en la expresión suave de Levi que en verdad le había gustado. Después de agradecerle, retomaron el camino, ahí la gran casa de kimonos, el hombre ya era un anciano casi ciego, pero tejía los más hermosos bordados.

—Ve te esperaré aquí – le dijo, él solo pudo sonreír e ingresar.

—Buenos días – saludo con fuerza – soy Eren, Riko mamá me envió a recoger mi vestido.

—Se bienvenido – dijo el hombre con una suave sonrisa – sígueme por favor.

Así hizo, ingresó al lugar lo llevó hasta un cuarto, al entrar lo vio, ahí hermoso en su pedestal mostrando su belleza, se acercó suavemente lo tocó era suave, con cada roce que le hacia su corazón se apretaba más, tenía miedo del desenlace de esa presentación, lo más triste era que su única salida la tenía Levi.

—Los colores fueron escogidos para resaltar el color de tu piel y ojos – afirmó el hombre sintiéndose orgulloso – es bueno que uses accesorios un poco más oscuros así tu belleza será la protagonista.

—Muchas gracias – trató de sonreírle, pero era difícil - ¿debo medírmelo?

—Sería lo mejor, así podré comprobar que nada está fuera de lugar – él afirmó, al rato las ayudantes entraron –

Su kimono fue quitado lento de su pedestal, posteriormente con gran cuidado fue vestido, mostrando al final lo que todos verían, no podía negar que el anciano tenía un excelente gusto porque sus palabras eran ciertas, todo resaltaba su figura desde el color de su piel sus ojos hasta la forma de su cuerpo.

La esencia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora