L. E. A.

156.

"Déjeme entrar, mi señora."

Levanté la cabeza ante la voz de alguien. El mayordomo que apareció con un puñado de algo en ambas manos estaba en la puerta de mi oficina. Cuando asentí, se acercó al escritorio, dejando lo que tenía en las manos una por una.

"Estos son los documentos que mencionó esta mañana. ¿Va a revisar todos estos?"

"Sí. Como sabe, estuve tan ocupada estos días que no presté mucha atención a mis asuntos familiares. Déjeme echar un vistazo."

"Me preocupa que pueda sufrir una gran fatiga por el trabajo duro. Así que, por favor, tómelo con calma, mi señora."

"Gracias".

Estaba a punto de girar la cabeza con una sonrisa cuando una gran caja colocada a un lado del escritorio me llamó la atención. ¿La trajo también el mayordomo?

"Por cierto, ¿qué es esta caja?"

"Fue enviada por Sir Carsein a usted. ¿Le gustaría abrirla?"

"No, déjame abrirla un poco más tarde. Creo que es mejor que revise los documentos primero."

Tenía curiosidad por lo que había dentro de la caja, pero primero saqué la mirada de la caja y revisé los documentos apilados.

Mientras estaba fuera en el palacio de verano, y durante los últimos tres días desde que tomé el té con Frincia, me vi envuelta en el papeleo. Como tenía que aprender lo básico para convertirme en la sucesora de mi familia, a diferencia de una noble ordinaria encargada de las tareas domésticas o una joven, estaba muy ocupada.

De repente, dejé escapar un suspiro.

'Estaba preocupada por el trabajo antes de mi regreso.'

Ahora que lo pienso, tenía menos trabajo en ese entonces. En ese momento, me ocupaba de las tareas domésticas mientras manejaba los asuntos de las mujeres del palacio. Pero ahora tenía que hacer tres trabajos, a saber, atender las tareas domésticas mientras dominaba cómo ser sucesora de mi familia y el próximo capitán de la 2ª división de caballeros.

Además, tenía una tarea más importante que cualquier otra cosa. Era convertirme en un caballero de pleno derecho mejorando mis habilidades de esgrima.

No importaba lo bien que manejara las tareas domésticas de mi familia, no podía ser una sucesora formal de la familia Monique a menos que me convirtiera en un caballero de pleno derecho. Por mucho que mi padre me quisiera, no podía hacer ninguna excepción porque el jefe de la familia Monique debía ser el capitán de la división de caballeros en cada generación. Tenía que convertirme en un caballero de pleno derecho para continuar con la tradición de mi familia.

"Por cierto, ¿dónde está mi padre?"

"Aún no ha regresado".

"Oh, ya veo. Gracias. Entonces vuelve al trabajo."

Después de enviar al mayordomo de vuelta, revisé los documentos durante mucho tiempo. Mis ojos se secaron y empezaron a picar, así que lentamente cerré y abrí los ojos. De repente, me sentí cansada.

De hecho, tuve un entrenamiento bajo la lluvia por la mañana, revisé los documentos de los primeros Caballeros toda la tarde, e incluso después de volver a casa, me senté en mi oficina y trabajé hasta tarde en la noche.

No puedo trabajar demasiado así. Déjame parar aquí hoy.

Me levanté y recogí la caja de plata. Cuando desaté una cinta roja, vi algo envuelto en papel fino y un sobre rojo con el sello de la familia del Duque Lars.