❝Nunca te olvidas de una persona que vino a ti con una antorcha en la oscuridad.❞
Harry Potter pensaba que sería un verano normal en el campamento mestizo, ya sabes. Gente mirándolo y juzgado por quien es, competencias, vencer y burlarse de alguno...
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Los dioses siempre pierden sus cosas
HARRY TUVO RAZÓN, TODO FUE UN CAOS LUEGO DE QUE SE DESCUBRIERA QUE HABÍA OTRO HIJO DE LOS TRES GRANDES EN EL CAMPAMENTO.
Las cosas estaban tensas luego del viernes. Percy fue cambiado de cabaña el mismo día, ahora la cabaña 3 era su nuevo hogar.
Harry había entrado en una especie de transe luego de eso ¿Era que los tres grandes no podía guardar sus amiguitos en sus pantalones? Percy era hijo de poseído y Harry de Hades pero la misma pregunta lo asaltaba una y otra vez cuando lo pensaba más a fondo.
¿Quién de los dos era el héroe o destructor del olimpo? Harry nunca se vio así mismo salvando el olimpo y aunque no le agradaban ciertos dioses no quería decir que los mataría a todos.
Todos los campistas miraban a Percy como si el tuviera algún tipo de enfermedad, lo que enfureció Harry. Ni siquiera disimulaban pero casi igual a la semana después de Harry fuera reclamado hijo de Hades oficialmente.
Harry intentó alejar los recuerdos, pero pasaron en su mente como una película.
La horrible sensación de sentirse asfixiado, de ahogarse, le fallaba respirar. Estaba ahí.
—¡Sáquenme de aquí!—no importaba cuando gritara el pequeño Harry de 10 años, nadie acudió, lo único que podía oír aparte de su respiración errática era la risas burlonas de los campistas que lo habían encerrado en aquel almacén.
—¡Grábate esto, Potter!—gritó uno de los campista con crueldad—¡Eres un mal augurio, eres muerte y desgracia para el campamento! ¡Monstruo!
Un coro de cuatro repetía la misma palabra: Monstruo, monstruo, monstruo....
—¡Callense! —grito Harry tapando sus orejas con sus manos, pero su voz sonó temblorosa y asustada.
No le gustaba, él no quería ser un monstruo, quería salir de ahí, alguien, cualquiera. Por favor... que lo oyera.
—¿Oh, vas a llorar? —Pregunto el mismo mientras reía y se burlaba—¿El mal augurio, llorara como cobarde llorón?
Y aunque Harry intentó detenerlas las lágrimas fluían por su cara sin su permiso, se sentía como un raro.
No podía hablar.
Les costaba respirar.
No podía Llorar.
Era un cobarde.
¿Si no hacía nada, también lo molestarían?
¿Te has sentido encerrado alguna vez? Bien. Multiplica esa sensación con una trauma creándose en ti, no respirar, te duele, tienes miedo, te hundes en un pozo sin fondo
