❝Nunca te olvidas de una persona que vino a ti con una antorcha en la oscuridad.❞
Harry Potter pensaba que sería un verano normal en el campamento mestizo, ya sabes. Gente mirándolo y juzgado por quien es, competencias, vencer y burlarse de alguno...
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Un chiguagua nos intenta matar
HARRY SENTÍA QUE SU MALA SUERTE ESTABA DE RACHA.
Acamparon en el bosque, a unos cien metros de la carretera principal, en un claro que los chicos de la zona al parecer utilizaban para sus fiestas.
Al día siguiente pasaron dos días viajando en el tren Amtrak.
—Vale —dijo Harry en cuanto terminamos de ponerle la zapatilla a Grover—, ¿quién quiere tu ayuda?
—¿Perdona? —pregunto Percy, pero Harry noto que se puso nervioso
—No eres muy bueno guardando secretos ¿eh?—dijo Harry—cuando estabas durmiendo, murmurabas « No voy a ayudarte» . ¿Con quién soñabas?
Percy apretó los labios, parecía reacio a contárselo a Harry pero al final lo hizo.
—No creo que sea mi padre, si eso crees—dijo por fin Harry, desvió la mirada incomodo—. Siempre aparece encima de un trono negro, y nunca ríe. De hecho siempre me pregunte si sabía reír.
No por primera vez, Harry se preguntó como James Potter pudo enamorarse del dios Hades, siendo ellos tan opuestos y diferentes.
—Me ofreció a mi madre a cambio. ¿Quién más podría hacer eso? —pregunto Percy, pero se mordió la lengua como si se contuviera de insultar a Hades.
Harry se lo agradeció en silencio.
—Mira Jackson—le dijo Harry, serio—. No puedes hacer un trato con mi padre. Utilizará cualquier medio para atraparte. No me importa que sus Furias no se mostraran tan agresivas esta vez
—¿Esta vez? ¿Quieres decir que ya te habías encontrado con ellas antes? —pregunto Percy
—Una de ellas, la que fingió ser tu profesora de matemáticas-...
—La Señora Dodds—completo Percy, Harry asintió.
—Se llama Alecto y fue quien me entrego mi espada—revelo Harry y le mostro a Percy su brazalete negro con la calavera y cerbero—Fue dos meses después de mi llegada al campamento, me dijo que era un regalo de mi padre y se fue.
—¿Cómo llegaste al campamento? —pregunto Percy, intentado seguir hablado con el ojiverde.
—Tenía diez años cuando llegue, mi papa me trajo-...—dijo Harry pero Percy lo interrumpió.
—¿Papa? —pregunto confuso el pelinegro—Pero, creí que nunca habías hablado con Hades.
—No con Hades, Percy—negó Harry—Soy hijo de Hades y de otro hombre, James Potter.
Harry vio como Percy abría la boca y boqueaba como pez fuera del agua, no seguro de como continuar.
