❝Nunca te olvidas de una persona que vino a ti con una antorcha en la oscuridad.❞
Harry Potter pensaba que sería un verano normal en el campamento mestizo, ya sabes. Gente mirándolo y juzgado por quien es, competencias, vencer y burlarse de alguno...
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EL CAMPAMENTO PARECÍA UNA ESCUELA MILITAR.
Harry supo que todo estaba mal cuando dos toros de Cólquide atacaron el campamento y destruyeron gran parte del lugar, fueron Percy, Clarisse y él quienes al final habían podido deshacerse de los toros pero Percy había resultado con el tobillo roto. Harry nunca había sentido tanto pánico como cuando escucho el crujido del hueso de Percy.
Después de que Clarisse "amablemente" les dijera sobre los cambios en el campamento y el envenenamiento del árbol de Thalia, Harry sintió el terror. Debían de buscar a Quirón, así que Percy, Tyson y él se apresuraron a la casa grande justo cuando el centauro empacaba sus cosas para irse.
Nada más verlo, Tyson se detuvo en seco.
—¡Poni! —exclamó en una especie de arrebato.
Quirón se volvió con aire ofendido.
—¿Cómo dices?
Harry que odiaba que lo tocaran, le dio un rápido abrazo a su mentor después de todo Quirón siempre estuvo para él.
—Quirón, ¿qué está pasando? No irás a marcharte, ¿verdad? —Harry le dijo.
—¡Despedido! —Había una chispa de humor negro en su mirada—. Bueno, alguien debía cargar con la culpa porque el señor Zeus estaba sumamente disgustado. ¡El árbol que creó con el espíritu de su hija ha sido envenenado! El señor D tenía que castigar a alguien.
