Ecos

14. Para conquistar()

Estar en Qinghe no es fácil, especialmente al principio. Hay demasiado en qué pensar, demasiado para lamentarse y demasiado para enfurecerse para estar en paz. Pero, a medida que pasan los días, de alguna manera se vuelve más fácil. Toma tiempo, pero lo hace. Y, cuando finalmente se le permite a Jiang Cheng dormir en una cama sabiendo que él y su madre estarán a salvo (o tan seguro como alguien puede estar en medio de una guerra), es cuando comienzan las pesadillas.

Al principio, Jiang Cheng está demasiado cansado para soñar algo, e incluso si lo hace, es totalmente incapaz de recordar el día siguiente. Pero cuando la planificación de la venganza y el entrenamiento reina sobre su rutina y le brinda una pálida apariencia de paz , es entonces cuando su mente está libre para vagar, libre para recordar la sombra que viene a perseguirlo por la noche.

En sus sueños, Lotus Pier siempre arde. De día, de noche, al atardecer. No importa la hora, el fuego siempre envuelve los lotos violetas, el sol siempre convierte los muelles en cenizas. Pero luego, cuando cree que su casa arderá para siempre bajo esa luz roja, otra emerge y devora el sol, ahogando sus rayos en la luz amarilla de una peonía.

Por qué , se pregunta, pero luego Zidian se resquebraja y baila en la batalla, una y otra y otra vez. Pronto, el mundo está rojo una vez más, no por el fuego sino por la sangre, y solo hay cadáveres feroces para luchar contra él, y el Muelle ya no es el campo de batalla, sino un lugar desolado que apesta a muerte y resentimiento.

Su hermano está allí, en el centro del mundo, pero ya no es el Wei Wuxian con el que recuerda haber crecido. En cambio, hay un hombre con ojos consumidos por la locura, pero incluso entonces, Jiang Cheng puede reconocer su propio dolor en la mirada del otro.

Duele matarlo, pero lo hace de todos modos.

"Soy tu hermano, ¿no?"

"Ahora y siempre."

Pero le prometí… ¡Lo prometí!

Entonces el mundo se acaba. Él mismo parece caer por un abismo negro e interminable, como si el tiempo no fuera nada y la oscuridad fuera todo lo que es real. Wei Wuxian se perdió para siempre, y así, inevitablemente y como siempre lo ha estado, también lo está Jiang Cheng. Demasiadas promesas incumplidas para seguir de pie. No sabe qué pasará después (o antes, o nada ), pero Sandu se siente tan pesado en sus manos cansadas.

En medio de algunos sueños, Jiang Yanli, su amada hermana, también se fue. No llega a ver cómo muere, pero tiene sangre en la cara, lágrimas y un llanto triste que rompe su corazón enfurecido. Wei Wuxian también está allí, también ensangrentado, también llorando, pero realmente no importa. Al final, comparte su destino y luego ...

Y luego, está total y completamente solo. Siempre.

Jiang Cheng envejece, en sus sueños. Hay arrugas en su rostro, acero en sus ojos y marcas de enojo en su frente. A veces, cree que vive solo para luchar y enfurecerse. Que vive atrapado en un lazo de sangre, furia y guerra sin fin contra el mundo entero.

Todo se vuelve negro de nuevo, y luego aparece un rayo suave de blanco. Un niño de amarillo parado tranquilamente en el muelle, mirando al sol con tristeza. Se enfurece y grita como el propio Jiang Cheng. Lucha y grita como si el mañana nunca llegara, pero Jiang Cheng sabe que su violencia, la violencia de ese niño joven e imprudente, está ahí solo para ocultar su soledad, como la suya.