>>CONTRA LA PARED<<--[NamGi]

CAPÍTULO 49

Cuidándote

♣️

Detuve el auto antes de llegar justo al frente de la casa de los Min, me gire un poco para mirar al pálido viéndolo sacarse el cinturón, ¿había algo que debía decir?, O ¿simplemente dejar las cosas así?, Durante el camino no habíamos dicho nada más y tampoco quería hacerlo aunque creía que debía decir algo.

- Grácias... -murmuro bajo mirando sus manos sobre la mochila que tenía en el regazo-

- YoonGi,

- Sabés... -me detuve ante sea lo que fuera que hiba a decir para escucharlo, no pareció haberme escuchado parecía algo ido- ya no se que es real y que no. No sé si las personas que concidero- co-concidere mis amigos lo,lo fueron alguna vez...

- ¿Que fue lo que pasó entre I.N y tú? -alzo la vista mirándome con ojos cristalinos y algo inquietos, parpadea constantemente desde que subió al auto, como si intentará contener las lágrimas todo el rato-

- Piensa lo p-peor de mí... talvez... talvez por lo de la imagen porque desde ese día él no volvió a hablarme y, y me ignora todo el rato -se encogió de hombros bajando la vista nuevamente, comenzó a morderse la uña de uno de sus pulgares con algo de desespero no parecía querer dejar algo de está-

- Deja de hacer éso -lo mire esperando que obedeciera pero no lo hizo, continúo haciéndolo ignorandome completamente- DIJE QUE DEJES DE HACERLO -alze la voz sujetándo su muñeca y arrancándole prácticamente el dedo de entre los dientes provocando que se sacudiera y encogiera-

- ¡Y-ya! -me miro fijamente frunciendo sus cejas, mantuve su mano contra mi pecho precionandola con más fuerza cuándo ví un par de lágrimas bajar por sus mejillas-

- No te ahogues en un vaso de agua, YoonGi -tome su barbilla atrapando las lágrimas que bajaron hasta esta parando en mis dedos- habla con I.N mañana

- Pero él no quiere hablar conmigo... -solto entre hipidos aferrándose a mi chaqueta con ambas manos-

- Solo inténtalo y si es necesario lo atare a una puta silla hasta que se deje de estupideces y hablé claro -el pálido soltó una risita baja mordiendo su labio- ¿Eso te gustaría no?

- Si, al menos hasta que sepa que hice mal

- Así será -tome sus mejillas y limpie completamente los rastros de lágrimas con mis pulgares- pero que quede claro que no me cae nada bien -solto otra risita, podía pasarme todo el día aquí sentado diciendo estupideces solo para escucharlo más-

- Lo supuse, le,le llamas por apodos crueles -curvie mis labios en una media sonrisa y lo solté- bueno, voy a entrar... Gracias por traerme

Asentí levemente justo antes de que se alzara un poco en el asiento y dejara un beso en mi mejilla antes de salir del auto tomando sus cosas, la sensación más extraña del mundo surgió en mi estómago, era algo parecido como la emoción de aquella vez que él entrenador me llamo para nombrar me capitán del equipo, o como la vez que cuando niño conseguí mi primer Rilakkuma de medio metro en una feria del pueblo vecino. Conduci hasta casa llegando en unos 15 minutos aproximadamente, baje y entre a la casa viendo a las chicas encargadas de la limpieza de la casa llendo de un lado a otro apuradas, claro no dudaron en detenerse para saludarme, como si yo fuera a agradecerles, pase de largo llendo hacia la escalera dónde Gu-Kia me interceptó como cada tarde, desde que era niño hacia lo mismo, aparecía justo cuando yo entraba a la casa o en el camino a la escalera saliendo de la sala, antes cuando era un niño siempre le entregaba todo lo que cargaba y corría a la cocina para lavarme las manos y robar la caja de galletas que preparaba para mí antes de que mi padre las encontrará y terminarán en la basura como cada dulce que llegaba a estar a mi alcance, ahora, eso ya no era así. Sonreí cuando extendió sus manos intentando tomar mi bolso deportivo y mi mochila, detuve a una de las chicas que pasaban, está ni siquiera me miraban, su vista siempre estaba en el piso, le entregué el bolso y me dirigí a mi habitación dejando un roce del dorso de mi mano contra la mejilla de Gu-Kia al pasar por su lado viéndola sonreír, cerré la puerta dejando caer mi mochila en el sillón sacándome la chaqueta y comenzando a sacarme parte del uniforme.