Fictober 2020 [ •BnHA • Hamlet• ]

Día 9. Semillas • BnHA

Fandom: Boku no Hero Academia

Personajes: Inasa Yorashi, Todoroki Shoto

CW: wack, bad writting, sólo pasen al siguiente, ni siquiera lo revisé.

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Inasa no tenía idea de plantas o flores, pero sus ganas de hacerle un buen y tradicional regalo a Shoto no le impedía tratar de entender un poco más sobre el tema. Su primer impulso fue preguntarle a Camie, con la falsa idea de que todas las chicas sabían sobre las flores, idea que se desmoronó frente a sus ojos cuando recibió como respuesta un "No sé, intenta con rosas, o algo", así que tuvo que recurrir a una investigación hecha completamente por sí mismo.

Lo primero que descubrió fue que existían muchísimas más flores de las que él podía imaginar; lo segundo que descubrió fue que, no sólo tenían distintos nombres, sino que además cada una tenía un significado según su tipo y su color. Una rosa roja no transmitía el mismo mensaje que una rosa rosada. Mientras más leía, más crecía su sonrisa, queriendo entender más sobre ese colorido mundo que significaban las flores.

Cuando se cruzó con la flor Pensamiento, supo que esa era la que necesitaba. En otros lugares era llamada Flammola, que en italiano significaba "pequeña flama". Inasa sonrió ante la coincidencia de la flor con el quirk de Shoto, comenzando a leer los distintos significados que tenían según el color de sus pétalos: confío en tu amor si era azul, te respeto si era blanco, te soy fiel si era rosa, piensa en mí como yo pienso en ti si era multicolor. Definitivamente esas eran las flores que quería que llegaran a las manos de Shoto.

Otra cosa que Inasa no sabía sobre las flores era que no eran tan fáciles de conseguir, ni muy asequibles para el bolsillo de un estudiante de secundaria; así que, cuando fue a una florería y se enteró de esto pero no quiso salir con las manos vacías, decidió comprar sólo las semillas, diciéndose a sí mismo que sería capaz de sembrar y hacer crecer las flores por su propia cuenta.

En adición a las cosas que Inasa no sabía sobre flores, era lo difícil que era hacerlas crecer, para su suerte, esta vez sí tenía a alguien que supiese sobre el tema. Shishikura fue su instructor en cómo cuidar flores. Al mes ya había pequeñas plántulas naciendo de la tierra, alimentando la emoción de Inasa y sus ganas desesperadas de que crecieran rápido para poder regalárselas por fin a Shoto.

Su ansiedad por entregarle las flores a Shoto no le dejó dormir esa noche, creando escenarios en las que Shoto recibía los pequeños brotes y los cuidaba hasta que florecieran sin saber qué verían sus ojos. Sería una sorpresa perfecta, e Inasa ahora estaba necesitando que todo fuese de ese modo, no quería seguir esperando a que las flores abrieran sus pétalos, tanto que escribió un mensaje a Shoto a las cuatro de la mañana para que se juntaran ese mismo día.

Por la mañana se arregló lo más que pudo, saliendo de los dormitorios con el macetero entre las manos. Shoto estaba en el lugar que habían acordado. Inasa se apresuró en saludarlo y le extendió el macetero.

—Ten, es un regalo sorpresa. Quiero que las cuides hasta que florezcan —dijo, Shoto recibió el macetero, una sonrisa pequeña cruzando sus labios.

—No sé cuidar flores... —comentó, mirando los brotes en el macetero.

—Sólo tienes que regarlas cada cierto tiempo y dejarlas al sol. Toma, Shishikura me dijo que te diera las instrucciones —Inasa buscó en su bolsillo, sacando un papel, su corazón latiendo acelerado con las ganas de decirle qué había en el macetero—. Hay una carta adentro, pero tienes que leerla sólo cuando hayan florecido.

Shoto se llevó las flores a su casa, dejándolas cerca de la ventana, donde el sol les llegara bien. Cuando los pétalos comenzaron a abrirse, leyó la carta que Inasa había escrito en letra manuscrita contando toda la historia sobre los Pensamientos multicolores, diciendo por qué había escogido aquella flor para regalarle. Shoto sonrió, viendo los detalles y colores en los pétalos.

Piensa en mí como yo pienso en ti.

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Equis, sigamos al otro día, y olvidemos que este día siquiera existió. No tenía idea de qué escribir.