Fictober 2020 [ •BnHA • Hamlet• ]

Día 15. Victoria • Hamlet

Fandom: Hamlet

Personajes: Laertes, Hamlet, Mención de otros personajes

No CW

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Hamlet no era el mejor en esgrima, y Laertes solía aprovecharse de ello para dejarlo en ridículo frente a los espectadores. Siempre que tenían algún juego frente a las autoridades, Laertes usaba algún movimiento nuevo que dejara al príncipe congelado, utilizando el momento para tocarlo de formas que jamás había enseñado, burlándose en su rostro cuando veía su expresión derrotad y decepcionada de sí mismo.

Cada vez que Laertes ganaba, recibía una pequeña felicitación de parte de los reyes, quienes al instante saltaban a Hamlet, felicitándolo de igual modo, mientras su propio padre se le acercaba con alguna palabra de regaño.

—No puedes dejar que el príncipe pierda todos los juegos —decía Polonio, caminando al lado de Laertes, dando pasos rápidos para mantener su ritmo—. Deberías dejarlo ganas al menos una vez, ¡es nuestro príncipe!

—Si va a ganar, que gane de forma honesta —Laertes mordió, sacándose el caso y dejando el florete a manos de un sirviente—. No voy a rebajarme a su nivel sólo para que reciba más adulaciones de los reyes. No se merece todas esas palabras.

Quizás sería el último en aceptarlo, pero los celos le carcomían el estómago cada vez que él ganaba y aun así no recibía más que felicitaciones vacías y regaños de parte de aquellos que, se suponía, lo apoyaban. Sus ganas de practicar con Hamlet eran cada vez menores, y sus ganas de dejar el florete de lado y utilizar una espada real se volvían cada vez más grandes. Atacar al príncipe y demostrar quién era realmente bueno en la esgrima sonaba tentador.

Y, por eso, cuando Hamlet se llevó el último punto del juego por primera vez, y las graderías estallaron en aplausos, algo dentro de Laertes dejó de funcionar. Se congeló en su lugar, los brazos a sus costados, el florete tocando el suelo, mientras su mirada estaba fija en Hamlet, a quien le felicitaban y abrazaban. Los aplausos hacia el príncipe se escuchaban más bien como burlas hacia Laertes.

—Buen juego —dijo, forzándose a felicitar también a Hamlet, viendo ese rostro sonriente que sólo pedía que le regalara un puñetazo en vez de una felicitación. Se dio la vuelta, retirándose del salón, cruzándose con su hermana en el camino, ignorándola por completo cuando ella trató de dirigirle la palabra.

Laertes sería el último en aceptar sus celos por el príncipe, pero no se le hacía para nada difícil aceptar su odio hacia él.

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idk no revisé esto, probablemente está re feo, pero quiénes somos nosotros para juzgar.