8.

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—¿Por qué sos así?, tan...

—¿¡Tan qué!?, a ver decilo —Espetó Mateo.

—¡Tan falso hipócrita!

—¡Vos irritante, pendejo cheto y malcriado!

Manuel lo observó con cierta confusión y molestia en su mirada. 

—¿Así?, perfecto, nada más que hablar con vos entonces, clasista —Soltó Manuel, cogiendo sus cosas.

Mateo estaba crespo ante lo que pasaba, había sido un descargue de furia con Manuel.

Todo se originó en el momento en que él hizo un comentario indirecto en clase hacia Vainstein, este no se lo tomó bien respondiendo al instante. Todos se rieron y Mateo no se quedó callado, solo hasta que el profesor cortó con su alegato dejando como penitencia por ello que se quedaran a ordenar el salón de clase al final de la jornada.

Eso estaban haciendo hasta que el de jopo se acercó a preguntarle el porqué de su actitud tan estúpida. Ahí no había erudición sobre sus pensamientos o control de sus palabras, le había irritado sin siquiera el mismo enterarse porque.

—No entendés nada... —Murmuró Palacios, sin saber que otra cosa decir.

—¿Yo soy el que no entiende? —Respondió Manuel, tomándolo por sorpresa—. Yo para tu información tengo las cosas bastantes claras, no soy una persona de dos polos y se bien lo que quiero, pero vos, te hacés el amigo y después actúas como si fueras otro, ¿Cúal es tu puto problema?

—Vos sos un problema, ¿Por que no te quedaste en tu colegio privado mejor?

—¿¡Qué te hice!?, ¡decime una cosa que yo te haya hecho para que seas así conmigo! —Desgañitó Manuel. Mateo mantuvo silencio—. ¿Lo ves?, ni siquiera tenés un argumento

—Solo lárgate Manuel, vos y tus amiguitas, son iguales

—¿Qué metes a mis amigas?, ya te dije que con éllas no Palacios

—Dejá de defenderlas tanto, apenas las conocés

—¿Vos que sabés?, claro que las conozco y son mucho mejores personas que tú, y si, sabes que yo siempre voy a defender a la gente que está conmigo y que nunca me ha fallado. Porque soy así, defiendo a las personas que amo, con mi vida y las que no se dejan adiós y punto

Mateo sintió eso como el dolor de un golpe en los bajos solo que en el pecho. No pudo responder ni argumentar algo. Manuel salió con sus cosas dejándolo con el trabajo de levantar todo el desorden del salón. Estupendo

No pienso hacer un carajo

Dejó todo tal cual, calzó su mochila y se dirigió a paso rápido a la salida. Tenía un poco de rabia y un poquito de pena, no quería que las cosas se hubiesen puesto tensas pero es que no podía controlarse, algo le irritaba y si se ponía a pensar en lo irritante solo se daba cuenta que lo que le irritaba eran características lindas de Manuel, todo indicaba...

—¿Quien so' vo'?, No te metas en nuestros asuntos y tomátela pelotudo

Esa voz era bien conocida, el grupo de pendejos del último grado.

—¿Les llega agua al tanque o no?, ¿funcionan con 9 jugadores?, dejen al pibe en paz

Esa voz era de Manuel. Se apresuró en llegar, lo iban a golpear y eso no lo permitiría.

Llegó al baño mirando como el mayor del grupo de matones estaba frente a Manuel, este mantenía su posición recta y sin achicarse un poco.

—¿Andan medio perdidos? —Irrumpió Mateo, con la cercanía del otro hacía Manuel—. ¿No quieren más problemas con los pibes del barrio o si?

De cabeza; TrueplikWhere stories live. Discover now