15.

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—Mate-

Sus palabras quedaron en el aire al ver que pudo haber interrumpido su escena. Su piel estaba pálida, sus ojos muy abiertos y una mueca de desagrado, se apoderaron del rostro de Manuel. 

Mateo estaba besándose con un chica.

Demasiado acalorados a la vista de cualquiera que pasara por ahí.

No se detuvieron, Mateo no lo había visto y la chica menos. Decidió retirarse antes de que eso que picaba en sus ojos como cuando su mamá cortaba cebolla, se desbordara. 

Volvió por donde mismo llegó, sin poder creer lo mal que se estaba sintiendo solo por haber visto un simple beso de Mateo con una chica, un simple beso que le acomplejaba el corazón.

El timbre resonó por el pasillo. Hora de matemáticas.

"—Supongo que vale otro intento..."

Tal vez ya no iban a haber más intentos y era lo mejor. No lo rechazó directamente pero no se volteó a verlo siquiera cuando escuchó su voz, no le importaba a Mateo ni un poco, menos siquiera le atraía, ¿Alucinó todos esos momentos?

***

Veía como el morocho fracasaba una y otra vez en sus incesables intentos de alcanzar un vaso. Se veía muy adorable para lo pesado que era siempre. Verlo así le provocaba una sensación de querer sonreír todo el rato.

Quiso darle una mano ¿Por qué no?, después de todo no era tan malo, solo que se tomaba los juegos muy enserio. 

Se acercó a él de por detrás, llevando su mano izquierda al costado izquierdo en la cintura de Mateo y su mano derecha a la muñeca, también derecha, del rizado, levantándolo un poco del suelo para que logre su objetivo.

Sentía rígido el cuerpo de Mateo, tembloroso y muy caliente en las zonas que sostenía. No fueron más de 2 segundos fugaces que pasó, pero pudo notar todo eso y más, como si el tiempo de ese momento hubiera sido un tanto más largo.

Mateo se soltó rapidito y lo alejó. Se podría decir que el tono de su rostro era carmesí, pero la realidad que parecía un tomate.

—Fue un empujoncito eh, al final lo alcanzaste vos —Habló, queriendo inclinar la situación al lado divertido.

Lucía muy bonito así, todo rojito, pero no se quedó mucho más para que Manuel lo pudiese apreciar.

—Permiso —Dijo Mateo, un tanto extraño a oído suyo.

Salió muy rápido de ahí, casi corriendo.

Manuel se preocupó, claro que lo hizo. El amando como se veía Mateo así, pero no pensaba en que podía tener algún tipo de sofocamiento o algo, casi todo lo que le pasó lo indicaba; Su respiración un poco dispareja, el color en su rostro, su voz media ida, y que salió corriendo, seguro al baño.

***

Ese y un par más eran los que lo hacían pensar que tal vez podía corresponderle aunque fuese un poco. Que miserable se sentía al estar prácticamente rogando muestras de amor, encima que Mateo no tuvo que hacer nada para gustarle, el solo fue divertido en un principio y luego lindo y tierno, después vulnerable y delicado como un cristal, hasta que cambiaba a un chico inalcanzable, al menos para Manuel.

Una lágrima se desbordó de su ojo derecho, y luego el izquierdo, así continuamente, pero no rápido, muy poco, no podía hacerlo como quería, intentaba que le duela más toda su situación; Mateo y sus padres. Quería sacarse todo pero no podía y su garganta dolía como afiebrada.

De cabeza; TrueplikWhere stories live. Discover now