12.

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—Tincho... Te tengo que contar algo —Titubeó Emi.

Martín dejó su autito para prestarle atención a su amigo.

—Claro

—Pero no le podés decir a nadie —Advirtió Emi.

—No tengo más amigos a quien decirle así que no —Se encogió de hombros.

—Es que mi Mati tuvo un sueño malo. Cuando llegué a despertarlo estaba repitiendo el nombre de tu hermano

—¿De Manuel?

Emi asintió leve con su cabeza.

—Creo que tu hermano es malo, porque Mati me dijo que fue un sueño feo

Martín pareció pensarlo un poco pero luego habló.

—No creo que Manu sea malo, tal vez a tu hermano le gusta el mío

Emi se espantó por un momento y lo quedó mirando detenidamente. 

—No, que raro eso, a Mati le gustan las niñas —Habló Emi un poco ofendido—. ¿Tu hermano es "raro"?

—Mi hermano no es raro, y no creo que a tu hermano le gusten las niñas

—Si le gustan. Tuvo novia, ¿Tu hermano tiene novio?

El otro negó.

—Nunca ha tenido, pero le gusta un niño

—¿Quién? —Preguntó Emi, curioso.

—No te voy a decir porque te vas a enojar

El menor de los Palacios entendió inmediatamente.

—No importa si le gusta Mati, a él le gustan las niñas, jamás va a ser raro como tú hermano

—Si que se gustan, y eso no es ser raro, mamá me dijo que amor es amor

—Está mal

—¿Quién dice?

—Yo lo digo

—Bueno yo también lo digo y punto

—¿Qué cosa?

—Que Manu y Mati se gustan

—¡No!, a él le gustan las niñas —Espetó, con enojo.

—Las niñas son tontas a veces

Emi lo miró brusco por un momento.

—¿Vos también sos raro?

—No soy raro. Si me gustan las niñas pero son tontas y difíciles de entender

Emi no dijo nada con eso. Igual quedó pensando en si su hermano podía ser raro cómo Manuel.

Martín pensaba que en un momento quiso contarle a Emi lo que pasó esa tarde cuando Manuel quedó sobre Mateo.

Se miraban tan lindo.

Estaba consciente que si a Mateo no le hubiera dolido la barriga [Porque dijo "Auch", era obvio que le dolió la barriga] se iban a besar, Manuel le miraba la boca a Mateo, y la verdad esa idea no le molestaba, de hecho quería que su hermano estuviera con alguien que lo haga feliz...

Por otro lado, Manuel y Valentín estaban en la plaza del centro, por un momento el menor de ambos fue al baño por ahí, dejando al ojiazul tirado sobre el césped tomando una pequeña siesta.

Valentín miró su celular. 

Estaba muy triste. Dani estuvo muy cortante últimamente. Claro que le preguntó y puso millones de excusas básicas, que no implicaban mucho en su comportamiento distante. Ya no le contaba que tal su día o cómo había dormido, menos le contaba de sus hermanos, siempre le contaba alguna que otra travesura y ahora nada.

De cabeza; TrueplikWhere stories live. Discover now