•°epílogo°•

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Las cosas se habían calmado, pero seguían doliendo demasiado. ¿Cuanto tiempo dolería así? Hoy era su funeral, y mucha gente había asistido, pero yo quería estar solo.

A pesar de sentirme tan mal, me di cuenta de que debía ser agradecido con la vida, bueno, YoungMi me hizo darme cuenta de eso, después de todo, creo que será una buena esposa y compañera. Le tenía que agradecer a la vida por dejarme conocer a Taehyung, a mi amor, a quien me hizo amar por primera vez de manera tan real...

Dicen que lo bueno dura poco, y a mí tal vez me duró poquísimo, pero al menos lo tuve. Entre tanta gente, entre tantas almas buscando a su par, entre tantas historias y parejas posibles, creo que tuve la dicha y la suerte de conocerlo. Kim Taehyung, tuve la suerte de tenerte entre mis brazos, de besarte, de amarte. Tuve la suerte de que también me amarás...

— Tae, hijo, donde sea que estés ahora, espero que descanses en paz hasta encontrarnos otra vez... estoy muy orgulloso de ti.— Vi como su padre terminaba de hablar, me emocioné con sus palabras pues Taehyung siempre quiso eso, ser el orgullo de su padre. De hecho comenzó a protegerme por él. Despacio, el anciano me miró desde lejos y con un gesto de manos y una sonrisa sincera, pero triste, me invitó a pasar a dar unas palabras.

Me levanté de mi asiento, y me gané al lado del ataúd. Su cuerpo yacía muerto, pálido y solemne en el cajón, pero a pesar de eso lucia tan lindo como siempre.— Kim Taehyung...— empecé a hablar mirando el ataúd.— Su perdida me ha afectado bastante... Como saben, era mi guardaespaldas, pasamos muchos momentos juntos, fueron lindos y tristes momentos. Primero quiero decirte gracias...— le hablé directamente a él, aunque era incierto si me escuchaba en algún punto del universo.— Gracias por salvarme la vida, gracias por estar conmigo y protegerme, gracias por... Amarme y cuidar de mí.— dude en decir eso, pero a nadie pareció sorprenderle, ellos no le tomaban el peso a mis palabras.— Taehyung, una vez me dijiste que incluso si nos alejamos, seguiremos viviendo en el corazón del otro... No puedo pedirte que vuelvas, porque es tu momento de descansar, pero sabes que te guardaré siempre un espacio en mi corazón y pensamientos, y te recordaré como mi héroe, porque salvaste mi vida de convertirse en una desastre solitario y doloroso. Por favor, descansa bien, donde sea que estés, cuídate mucho, sonríe como siempre lo hacías... Me duele perderte, pero creo que tengo que aceptar la realidad, aunque sea imposible dejar ir a un hombre como tú...— me acerque más al cajón y me arrodillé para observarlo de cerca, pero no tanto. Suspiré.— esto no es un adiós, es una hasta pronto, y esperó que me busques en la siguiente vida. Tengo una cicatriz gigante en el rostro para que puedas reconocerme, así que no creo que sea tan difícil...— intenté decir con humor, incluso yo me reí con pesar, junto con algunos invitados. Me quedé ahí mirándolo y le susurré.— Te amo, Kim Taehyung, por favor, recuérdalo siempre...

Me paré frente al público con una lágrima cayendo traviesa por mejilla, la sequé con mi mano y volví a sentarme, para esperar el entierro. YoungMi se acercó a mí y acarició mi espalda brindándome consuelo, yo la miré, y recordé que ella también había perdido a un amigo íntimo, así que la abracé, me importó poco lo que diga la gente sobre la demostración de cariño en público, de todas formas soy el rey, y ella ahora era mi esposa.

No sentí incomodidad de su parte, no rechazo, sino que se aferró más a mí y sus lágrimas comenzaron a mojar la tela en mi pecho. Ambos estábamos devastados mientras enterraban el cuerpo, no podíamos ocultarlo ni un poco.

Cuando terminó todo nos fuimos al palacio de nuevo, con un vacío gigante. Seguía faltando su grave y envolvente voz, faltaban sus pasos cubriendome la espalda, me faltaba su mirada sobre mi casa vez que hacía algo, cualquier cosa. No sabía que extrañaba más, su sonrisa o su mirada, pero pensar en cualquiera de ellas dolía en el alma.

The Scar «Taegi/Yoontae»Où les histoires vivent. Découvrez maintenant