Capítulo 10

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Taehyung al ver el navío a lo lejos regresó rápidamente por Namjoon que estaba tirado en la arena mientras un asustado y lloroso Jin lo movían bruscamente para despertarlo.

—¡No me dejes!— sollozó mientras gotas de sus lágrimas caían sobre el rostro del contrario qué aún estaba inconsciente.

—Vamos...— dijo Taehyung agachándose para cargarlo.

—No sin él... Por favor— lloriqueó desesperado de una forma que el castaño jamás lo había visto, Jin era conocido por siempre mantener la compostura incluso en los momentos más difíciles, la voz de la razón. —Volveré— susurró mientras miraba a Namjoon desvanecido.

Jin seguía hipeando con desesperación por su novio, tenía miedo, mucho miedo, jamás había sentido que algo se le fuera tan drásticamente, era como querer sujetar agua con sus manos, se les escurría y no había nada que el pudiera hacer en su condición.

Taehyung lo cargó con dificultad por la fría y blanca arena hasta el barco en el cual irían por los mares, lo dejó en la seca y un poco desgastada madera del navío para después ir con ayuda de Jungkook por Namjoon y Hoseok a los cuales subieron también al barco —Ya estamos todos— afirmó para después morder su labio inferior aguantándose las ganas de llorar por la emoción y el cúmulo de sentimientos en su pecho.

Jungkook desamarró la cuerda que mantenía el navío a la orilla, para posteriormente tratar de empujar la nave en las congeladas y ondeantes olas del agua salada.

Poco a poco se desplazaban solos por el ancho mar lejos de la orilla mientras observaban aquella isla donde tanto habían sufrido, donde tantos años encarcelados habían mallugado y escupido su humanidad y valor.

—¡Jimin, Yoongi!— chilló Taehyung con todas sus fuerzas haciendo que un agudo dolor en su garganta apareciera, miró con culpa hacia los árboles que lentamente desaparecían de su visión —¡Jamás los olvidaremos!— gritó desgarradoramente con sus cabellos pegando en su rostro por la brisa, el llanto era incontrolable estaba liberando todo, Jin con trabajo se le unió abrazándolo y llorando juntos, todo había acabado y aun no lo podían creer, en esos instantes realmente pesaban ¿Deberían sentirse tan felices en ese momento cuando habían dejado a dos de los suyos? Eran sensaciones agridulces pero liberales.

El tiempo se encargó de cerrar un poco la herida y de aceptar el destino en el que se encontraban, las horas pasaron mientras se mecían suavemente gracias a las olas, con una vista de océano tan claro y azul, era lo único observable a kilómetros.

Namjoon y Hoseok seguían inconscientes, Jungkook y Jin estaban dormidos, uno junto a los remos y él otro al lado de los demás, los ojos de Taehyung estaban cerrándose poco a poco —Es hora de dormir— susurró mientras sus párpados pesaban más y más hasta caer por completo.

Así un viejo barco navegaba con 5 personas por el amplio y silencioso mar, tal y como el texto de ese libro viejo y desgastado lo indicaba.

—¡Levántate pequeño y asqueroso insecto!— su propio padre lo tomó de los cabellos jaloneándolo y lanzándolo con brusquedad al helado, obscuro y solitario sótano con hollín y suciedad por todas partes, su cuerpo entero temblaba sin control. —¡Rata pestilente, espero y te mueras ahí dentro!— escupió el hombre mientras cerraba la puerta con fuerza y el sonido del candado siendo puesto resonaba en el pequeño cuarto.

Se sentía inútil, insignificante e inferior en aquel lugar que lo perseguía en sus pesadillas, tiritando tomó aquel conejo de peluche que su madre le había regalado cuando era niño y lo abrazó tratando de tranquilizarse.

Taehyung estaba acostumbrado a esos malos tratos de parte de su familia, algunas noches cuando estaba encerrado recordaba como todo era diferente cuando su cariñosa y amable madre estaba con vida, pero después de ese brutal accidente su padre perdió la poca cordura y humanidad dentro de él, eso lamentablemente lo comprobó esa noche cuando trajo a esos tres sujetos a su casa —Aquí está— abrió la puerta haciendo que la fuerte luz del exterior encandilará sus ojitos cansados —Esta sucio y muy delgado pero sirve para lo que quieren ¡Ahora denme el puto dinero!— rápidamente recibió un fajo de billetes, su padre sonreía gustosamente ante la cantidad de papel verde en sus manos —Pueden hacer lo que quieran con él después de eso, yo ya me habré ido— dijo encerrándolo de nuevo en la obscuridad pero ahora con aquellos asquerosos hombres que se acercaba a él.

—¡Papá!— gritó con todas sus fuerzas mientras uno de los hombres se subía sobre él y comenzaba a quitarle sus prendas —¡Papá, déjame salir, por favor!— aquel hombre era horrible, apestaba a alcohol y reía ante las desesperadas súplicas del chico.

—Ahora eres nuestro bebé, no te preocupes te haremos sentir muy bien— susurró aquella gruesa y asquerosa voz sobre su oído, ese tono le causó un escalofrío que lo asqueaba hasta casi vomitar sus ácidos estomacales, estaba horrorizado.

El sujeto sin remordimientos comenzó a lamer sus clavículas mientras los otros bajaban su ropa interior y comenzaban a tocarlo sin pudor, repugnante, simplemente repugnante.

Lo voltearon boca abajo, pero Taehyung trataba de alejarlos, arañaba y manoteaba desesperado hasta que una fuerte golpiza fue propinada en su cara provocando que el líquido rojizo que corría por sus venas saliera de su nariz y un zumbido incesante aturdiera sus oídos.

Gritó y sollozó ante la violación que estaba sufriendo, en esos momentos deseaba que aquel golpe lo hubiera dejado inconsciente para no recordar nada de las sensaciones asquerosas que estaba sufriendo su cuerpo, pero lamentablemente vivió todo en carne propia, para cuándo todo acabó él ya estaba tirado en el frío suelo, sucio y lleno de fluidos que no le pertenecían en absoluto, se sentía sucio, destrozado, asqueado de sigo mismo.

—¡Ya es hora, vámonos, alguien llamó a la policía!— exclamó uno de los hombres mientras subía sus pantalones.

—¡Perra! Eso es tu culpa por gritar como gata en celo, ¡Ya no nos sirves!— dijo aquel que le murmuró minutos atrás mientras lo apuntaba con una pistola.

En esos momentos Taehyung pensaba que morir era un mejor destino que su existencia, por lo que cuando el estruendo proveniente del arma resonó en sus oídos una leve sonrisa se formó en sus labios.

Murió debido al impacto en su cabeza mientras tristemente su vista sin vida se centraba en aquel pequeño conejito blanco que simbolizaba su inocencia y pureza arrebatada, pero ahora estaba teñido de rojo.







Gracias por leer 😊

Alone In The Woods  [KookV/ Yoonmin/ Namjin]Where stories live. Discover now