Capitulo 1

1.8K 148 144
                                    


   Despierto adolorido, mi espalda y zona abdominal duele como un demonio y mis ojos se sienten hinchados. Levanto mi cabeza para observar a mi alrededor, con mi vista nublada, detecto una mesa amplia con muchos libros a mis costados.
  
    Estoy en la biblioteca, ¿Que carajos hago aquí?

     Intento recordar que es lo que está sucediendo y cómo es que llegué aquí, con al menos saber la hora me es suficiente. Visualizo a un chico delante de mí, me acerco a el con intención de preguntarle qué hora es, pero esta dormido sobre sus libros.
  
     ¿Desde cuándo la gente tiene permitido dormir en la biblioteca? ¿Y por qué la bibliotecaria no les llama la atención? Mierda, la buena educación está jodida en este país.

    —Oye tu, amigo.— Toco al chico pero este ni se inmuta. Este seguía sumergido en su sueño mientras su saliva manchaba las hojas del libro bajo su cara— ¡Oye! ¡Estás arruinando las hojas! No creo que quieras pagar esto luego. Se ve costoso, viejo.

    Al no obtener respuesta, muevo cuidadosamente el libro para evitar mancharlo el doble. En la página se muestra un hermoso arco Torii con flores de cerezo a su alrededor.

    Eiji me había contado sobre ellos, decía que eran un portal entre nuestro mundo humano y el mundo espiritual.

    Eiji..

   —¡El aeropuerto!— Recordé sobresaltado. —Tengo que llegar al aeropuerto, ¡Eiji debe estar esperándome!

   Salí lo más rápido que pude de la biblioteca y corrí hacia el aeropuerto por la gran avenida de Nueva York, como si un lince hambriento persiguiera a un conejo.

    El día era helado y los copos de nieve caían  sobre mis pestañas, dejando que mi vista se nublara cada cierto tiempo. Hubieras pedido un taxi, estúpido.

   El lugar se encontraba repleto, supongo que todo el mundo cree que por estas fechas festivas, sus malas acciones desaparecerán como si nada y pasaran navidad y año nuevo en familia, para luego ausentarse todo el próximo año.
   
     Podría estar lleno de idiotas desagradables, pero no encontraba a la única luz pura que iluminaba mi oscuridad
 
    Eiji no se encontraba en ninguna parte. Mi cabeza se llenó de preguntas como: ¿Se fue sin mi? ¿Está por abordar? ¿Está esperándome en algún lugar?

  —Discúlpeme, ¿no has visto a un joven japonés enano? Tal vez se encuentra en silla de ruedas y está acompañado de otro japonés más viejo que el.— Le pregunté a la primera señora que me crucé, pero simplemente pasó por mi lado, ignorándome. —Que mal comportamiento, abuela.— Si ella no me contestará, entonces le preguntaré a cada persona que recorra este lugar.
    
    Pero aunque pasé una hora preguntando a la gente por Eiji e Ibe, todos decidieron ignorarme.

   Cansado y frustrado, me acerco a la recepcionista sobre el horario de vuelos a Japón, ya que por ahora no encontraba mi boleto y estaba lo suficientemente ocupado buscando de Eiji.

   —Okay, ya estoy harto. Señora, podría por favor dejar de ignorarme y decirme ¿a qué maldita hora sale el próximo vuelo a Japón? — La mujer me mira fijo y sonríe arreglando su cabello. No esperaba una reacción de ese tipo, pero finalmente alguien se dignó a prestarme atención así que correspondo el gesto.

       Pero el tiempo se detuvo en el momento en que un hombre, atravesó mi cuerpo y le entregó un boleto a la mujer.
      
      Me eché para atrás, aturdido y confundido por lo que acababa de pasar, pero lo único que hice fue arruinar mi situación. La gente continuaba ignorando mi presencia, cruzándose por mi cuerpo como si fuera una especie de holograma. De repente, el altavoz del aeropuerto suena, preparándose para anunciar una palabras

Mi Alma Siempre Estará Contigo | AshEijiOnde histórias criam vida. Descubra agora