Capitulo 5

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Nota: escuchen la canción cuando Eiji encienda la radio.

El amanecer se ha hecho presente hace unas horas y me encontraba tan sumido en mis pensamientos, que no logré percatarme el momento en el que Eiji salió de la casa. Los rayos de solo entraban por la ventana y el canto de los pájaros podrían alegrar el lugar...

Si no fuera por los ronquidos de Sing.

-¡Sing, pareces una motocicleta vieja que no logra arrancar! ¿¡cómo demonios puedes dormir cerca de el, Jade!?- Entro a la habitación de Sing pegando gritos e insultos. Decido hablarle a Jade ya que es el único que al parecer me entiende.

Tristemente, Sing se encontraba abrazando fuertemente al pobre animalito, mientras que este último gastaba todas sus fuerzas en lograr escapar del gigantón.

Son las 11:30am ¿qué acaso no tiene deberes que hacer? Es lo suficientemente grande como para estar durmiendo todo el santo día. Tomé una almohada y la arrojé directo a su cabeza, golpeando también accidentalmente al gato gordo de Eiji.

El fuerte "miau" que escupió el gato logró despertar a Sing, quien cayó al suelo enredandose con sus sábanas.

-¡Arriba, mocoso! No creas que serás la mantenida de Eiji por siempre, así que levántate de una buena vez.

-¿Que carajo, Jade? No era necesario maullar de esa manera. Estaba teniendo un buen sueño, bobo.- Tocando suavemente su cabeza, Sing se levantó y tomó su celular para observar la hora. Un silencio invadió el lugar por al menos 5 minutos, hasta que decidió gritar. -¡Maldita sea, estoy llegando tarde! Jade, ¿¡por qué demonios no me despertaste antes!?

¿Acaso el gato tenía cara de despertador o que?

Rápidamente se dirigió al baño, cambió su ropa, tomó su maletín y desapareció como un rayo por la puerta de salida. Decidí seguirlo. No tenía nada mejor que hacer, más que mirar a Jade comer y dormir todo el puto día.

El clima era extraño pero hermoso. Una suave llovizna caía sobre las calles pero el sol seguía en su máximo esplendor, mientras que el aroma a humedad invadía las fosas nasales de la gente.

Entro al auto antes de que Sing logre arrancar. Quisiera poder molestarlo por su tamaño, ni siquiera entra en el auto.

-Si no te consigues algo más grande tendrás una joroba como el "Jorobado de Notredam" ¿Por qué no manejas una moto? Recuerdo que solías usar una.- Sigo sin entender por qué le estoy hablando a este orangután, ni siquiera me escucha. -Pareces un viejo acosador con esa postura.

Observo a la gente que camina bajo la lluvia y me pregunto si habrá más personas como yo. Tal vez el hombre sentado en aquel banco es un fantasma, o la mujer que juega con un pequeño gato también lo sea.

¿Por qué aún estoy aquí? ¿No se supone que tendría que ascender al cielo? O tal vez debería de estar en el infierno, no lo sé. Si hubiera alguna manera de volver a la vida, vendería lo que queda de mi alma al diablo solo para que mis amigos puedan verme, que sepan que todo está bien, que los estoy cuidando y observando cada segundo que paso aquí.

El auto frenó frente a una oscura tienda repleta de atrapa sueños en su vitrina. Sing tomó su maletín, acomodó su traje y bajó decidido encaminándose a la puerta del local. Se ha vuelto muy maduro.

Al entrar al lugar, no puedo apartar la vista de los distintos objetos sobre los muebles en la pared. Cristales, muñecos de trapo, sumerios, velas y juguetes extraños.

-Si es que tienes una novia y buscas algo para regalarle, realmente tienes problemas serios, chino.

-Por favor, pase por aquí señor Soo-Ling.- Una mujer de apariencia gótica salió de un extraño cuartucho a nuestro lado, indicándole a Sing que atraviese una manta negra para ir a la siguiente habitación.

Mi Alma Siempre Estará Contigo | AshEijiWhere stories live. Discover now