Capitulo 3

925 124 45
                                    

   Narrador omnisciente
  
   —Lamento mucho la tardanza Eiji, pero no me creerás los que pasó.— Dijo el joven Sing sentándose en la cocina del japonés.

   Eiji sabia que saldría con alguna de sus bobadas. Nadia le comentó que siempre se quedaba con ella luego de salir de la universidad, para no preocupar al japonés. Sabia que Sing no le comentaba sobre chinatown, porque según el le afectaría emocionalmente.

     Aunque Ash fuera un tema sensible en si vida, el era feliz. Nunca remplazarian a su amor, pero aún así sentía un gran vacío en su corazón.

    —Dime, Sing... ¿qué clase de sapo gigante te persiguió hoy?— Dijo Eiji entre pesados suspiros y calentando la comida que había preparado hace unas horas.

    —¿En serio sigues con eso? Ya te dije que el sapo me corrió una manzana completa. Eiji mostró una pequeña sonrisa en su rostro. Cada vez que llegaba tarde a cenar, Sing juraba por los dioses que había sido perseguido por un sapo gigante. —Como sea, fue algo muy extraño. Había quedado con Nadia en el restaurante para dejarle los papeles actualizados del local, así que fui a buscarla en la cocina pero olvidé el maletín dentro del auto por lo cual me devolví. No se que diablos pasó, pero la cocina estaba completamente desordenada, había harina por todas partes y bananas esparcidas en el suelo.— Eiji escuchaba atento, pero no podía dejar de pasar por alto el hecho de que el chino era tan distraído como para dejar el maletín en su auto.

   —¿Y Nadia? ¿Estaba bien? Tal vez sucedió algo para que las condiciones de su preciada cocina se encuentren de esa forma.— Dijo mientras servía la comida con delicadeza. Un tono de preocupación se notaba en su voz.

    Eiji mayormente temia por la vida de sus amigos. Nunca sabía que loco fan de Golzine, podría querer vengarse y lastimarlos.

    —No te preocupes, ella está bien. El problema fue que, cuando llegué, la cocina estaba en perfecto estado y luego de 5 minutos era un completo desastre. —El japonés ya no estaba preocupado por Nadia, sino que ahora lo estaba por Sing.

   —Sing, ¿acaso estás drogado? ¡Juro que te golpearé si lo estás!

   —¡Claro que no, estupido! Ya me has reprochado por años que no debo ni acercarme a una, no jodas.

   —¡Primero sapos gigantes y ahora un restaurante embrujado! ¡Amigo, es demasiado extraño!

   —¡Tú y to asqueroso Inglés son más extraños, Eiji!— Sing tomó un frijol y lo lanzó a su cara.

    Mientras que un japonés y chino peleaban, el alma de un triste americano observaba desde una esquina.

    Mientras que un japonés y chino peleaban, el alma de un triste americano observaba desde una esquina

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

   Ash

     No se que sentir en este momento, si felicidad o tristeza. Eiji está frente a mi y ya no es un joven de 22 años con cara de niño de 16.

Mi Alma Siempre Estará Contigo | AshEijiOnde histórias criam vida. Descubra agora