Capitulo 7

873 105 30
                                    

   
        El sol del mediodía se colaba por la ventana, haciendo que despertara de mi corta siesta. Miro a mi lado, donde solamente se encuentra Jade.

        Supongo que todo fue un sueño.

       No moví ni un dedo, no estaba de ánimos para salir de la cama. Hoy no trabajaría ya que las fotografías especiales de Halloween habían sido tomadas ayer.

         Iba a continuar durmiendo porque me encontraba muy cansado, pero un fuerte grito me aturdió.

           —¡Eiji, ayúdame por favor!— Sing gritaba como loco, entrando a mi habitación y creando una especie de barricada sobre la puerta. —¡Hermano, por favor enséñame a rezar!
  
          Rápidamente me levanté de la cama para asistir a Sing. Su temperatura había aumentado, estaba temblando y sudando mucho.

            —¿Que te sucede, Sing? Dejame salir, traeré cosas para bajar tu fiebre. Recuéstate en la cama y quédate quieto.

           —¡No salgas! ¡o el mismo diablo te comerá!

            —Sing ¿de que estás hablan...?— Un gran golpe me interrumpió.

            —¡Sing! Vengo a tirar de tus pies y comerme tus tripas, ¡Buu!— Un joven rubio abrió la puerta con una fuerza impresionante. Estaba cubierto con una sábana blanca y me alivió haberlo reconocido al instante. No fue un sueño. —¡No creas que te dejaré tranquilo, te adueñaste de Eiji y eso nunca será perdonado! ¡te llevaré conmigo al infierno!

          —¡Eijii!—Sing corrió a mis pies, llorando como un niño pequeño. —¡Haz que el fantasma se vaya! Prometo que me comeré toda tu comida y ordenaré la habitación todos los dias.

           Estallé a carcajadas, me reía tanto que el estómago me dolía. No solo me daba gracia la forma en la que Ash intentaba molestar a Sing, sino que también las súplicas del chino eran muy divertidas.
            Estoy Feliz. Muy feliz.

            —¿Por qué me miran de esa forma?—Dije al percatarme que los dos me observaban fijamente. —¿Tengo algo en la cara o qué?

       —No te reías de esa forma hace años...— Dijo Sing. —Oh, también estás cada vez más viejo y feo.
          
            Ash lo golpeó en su cabeza, haciendo que Sing volviese a abrazarme asustado.

        —Estoy en mejor forma que tu teniendo cinco años más, Sing.

         —Tu cabello suelto hace que seas mucho mas hermoso.— Dijo Ash. Sing comenzó a lanzarnos miradas, sin entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo.

        —¿¡Podrían explicarme que demonios está pasando!?

        —¿Te parece si te explico la situación en un café? Maldita sea, no tomo uno hace años.— Dijo Ash quitándose la manta sobre su cabeza. Voy a matarlo.

        —Ash...— Dije acercándome lentamente hacia el, quedando a unos pocos centímetros de separación.

        —¿Eiji? ¿Que pasa?— Dijo Ash mirándome a los ojos. Aunque hayan pasado unos años, el seguía siendo más alto que yo.

        —¿Tu cortaste mi manta de Nori Nori?

          La manta que el había usado para espantar a Sing, era una manta de Nori Nori que Ibe-San me envió de regalo y estaba completamente agujereada. No me molestaba ya que tenía 4 mantas iguales a esa, pero simplemente quería molestar a Ash.

Mi Alma Siempre Estará Contigo | AshEijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora