Capítulo 11

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        —¡Eiji! ¡Levántate, son las tres de la tarde! Debes tomas esas fotografías.

        —No quiero.

        —¿Entonces para qué vinimos aquí? ¡si no entregas esas fotos, se arruinará tu reputación!

        —Vine para pasar tiempo contigo.— Eiji alzó la vista y observó a Ash. —Sobre lo demás, no es como si me importara lo que la gente piense de mí. ¿Que tal si vamos a la playa?

         Ash suspiró. Eiji era un japonés muy terco, no lograría cambiar su opinión tan fácilmente.

         —¿Por qué a la playa? ¿Acaso quieres verme correr desnudo y cubierto de arena hacía el mar?

          —¡Claro que no, idiota!— Dijo Eiji riendo. La imagen mental de un bebé Ash corriendo por la playa le había parecido divertida. —Simplemente quiero pasear contigo por allí. He ido a la playa varias veces, pero nunca de buen humor.

       —Irémos solamente si llevas tu cámara.

       —¡Trato hecho! Entonces vamos.

        Ash frunció el seño. Cambiar su opinión si resultó fácil... demasiado fácil.

       —Si quieres que nos vayamos, suelta mi cintura, Eiji. Has estado así toda la noche y ya pareces una garrapata.— Dijo Ash, sin mover ni un pelo de su lugar.

       El, finalmente, no se sentía incómodo por una situación así.

       Eiji se levantó y se dirigió al baño murmurando insultos en japonés, ¡Ash era quien iba en la noche a su cuarto para molestarlo! ¿Acaso le molestaba un abrazo? Solo era su amigo, no tenía nada de malo.

        Pero Eiji no quería volver a soltarlo. Desde que sintió haber perdido de nuevo a Ash el día anterior, no se separaría de el, no otra vez.

       —¡Eiji, logro escucharte desde la sala!— Gritó Ash acercándose la puerta luego de unos cuantos minutos. Eiji rápidamente se calmó, no creía haber estado pensando en voz alta. —¡Deja de gritar y apúrate! Parece como si estuvieras haciendo algún ritual satánico o algo así.

       —¡Al parecer funcionó ya que estas en la puerta! — Eiji salió del baño, mientras que Ash se encontraba esperándolo con una bolsa es sus manos.

       —¿Por qué me dices eso, Onii-chan? Hieres mis sentimientos.— Dijo Ash haciendo ojitos tristes. —Soy un hermoso angel que te perseguirá hasta el resto de tus días.

        —Ya vámonos payaso. Iré por Jade, tu ve al auto.

        —¡Como digas esposa mía!

        —¡Que no soy una mujer!— Gritó Eiji mientras se acercaba a su gato, quien se encontraba recostado sobre una caja en la mesa. —¿Quieres venir con nosotros, pequeño?

         Jade observó a su dueño, para luego maullar y continuar durmiendo, ignorándolo por completo. Humanos insoportables.

          —Bien, solo por hoy te quedarás aquí con leche y comida. La próxima vez irás con papá a donde el diga.— Dijo el nipón tomando su cámara y saliendo de la casa.

          —¿No traes a Jade?— Preguntó Ash jugando con la radio cuando Eiji subió al auto.

          —No, al parecer no quería venir.— Arrancó el auto y miró a Ash. —¿Que tienes puesto?
  
           Ash tenía un sombrero de paja sobre su cabeza, con unos lentes rosa en forma de flamenco. Eiji no podía dejar pasar tan divertida imagen, por lo cual tomó una foto.

Mi Alma Siempre Estará Contigo | AshEijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora