Explorando el hotel

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El señor Tsushima se encontraba en una reunión con sus amigos y aún trabajadores, el escritor Miyagawa, los hermanos Dazai (El Detective, y novelista de misterio y crimen) y el Actor Nakahara. Aunque no había sido convocado a la reunión, Kotaro Aozawa quería reencontrarse con el padre de ese niño al que estuvo vigilando aquella última noche en que todos estuvieron juntos. Le gustaba ser sospechoso de la desaparición de Shūji, y sobretodo, si sabían de sus antecedentes de pedófilo y acosador de niños.

— Aozawa, ¿A qué demonios has venido?—. Interrogó el señor Dazai con desprecio.

El hombre de ya 52 años de edad, sonrió retador, sirviéndose vino en una copa. Tomó asiento y se situó junto a ellos, siendo observado por todos.

Ya quiero que encuentren al mocoso de tu hijo, Tsushima-san—. Comentó Kotaro. — Creo que ese mocoso sigue vivo, y está mucho más lindo que antes. Lo quiero para mí—. Dijo desvergonzadamente.

Uno de los señores Dazai, el ahora padre de Shūji, se abalanzó hacia Kotaro y sujetó el cuello de su camiseta, empujándolo contra la pared. Estaba molesto por la manera en que el hombre hablaba de Shūji, bastante descarado. No dudó ni un segundo en abofetearle la cara. Después de todo, ese hombre se hacía falsas ilusiones con su hijo adoptado, Osamu, y él no permitiría que se reencontraran por alguna razón del destino.

— ¡¡Dazai-san!!—. Gritaron Tsushima, Miyagawa y Nakahara. Fueron a detener al amante de los misterios.

— ¡¡¿NO HARÁS NADA POR DEFENDER A TU HIJO DE LAS PALABRAS DE ESTE MALDITO, TSUSHIMA?!!—. Dijo el señor Dazai molesto, enfrentándose a Tsushima.

— ¿Por qué debería oponerme a las palabras de Aozawa, Dazai-san? Yo quedé con este hombre en venderle a mi hijo la misma noche de su último cumpleaños. En realidad creí que Aozawa se había quedado con mi hijo, y que no había pagado por él. Pero desafortunadamente alguien se lo llevó, y eso no lo perdonaré nunca—. Respondió. Apretaba sus puños.

Ni los hermanos Dazai, Miyagawa ni Nakahara, podían creer lo que habían escuchado. Tsushima ¿Iba a vender a su hijo a ese hombre? Las sospechas del detective Dazai sobre las malas intenciones de Tsushima, habían sido ciertas.

AQUELLA NOCHE, HACE 18 AÑOS...

— Shūji-kun—. Llamaba Kotaro.

Había entrado a la habitación del niño y se aseguraba de que estuviera durmiendo. El castaño sintió la presencia de alguien en su habitación, y abrió los ojos.

¿Quién es usted?—. Preguntó en voz baja. Estaba soñoliento y tenía sus ojos llorosos, aún.
El hombre se recostó junto a él, acariciándolo morbosamente e incomodando al menor.
— ¿Q-Qué está haciendo Aozawa-san?—. Se movió un poco hacia atrás, arrugando más la colchoneta y la sábana de la cama. Quería que ese hombre saliera de su habitación.

Sólo déjame complacerme, pequeño ángel—. Respondió en voz baja. Desvestía a Shūji en contra de su voluntad, pero le había inyectado grandes cantidades de ácido mortal para evitar que hablara, pues según él, sabía cómo contrarrestar los efectos de dicho producto.
— Tu querido papá ya me dió su autorización de quedarme contigo.

En ese momento, el Detective Ryōma Dazai entró a la habitación de Shūji al tener un extraño presentimiento luego de ver qué Tsushima mensajeaba con alguien. Miró cómo Aozawa quitaba la ropa del menor con intenciones de abusar de él, por lo que no pensó ni siquiera un poco y fue a golpearlo y sacarlo a fuerzas de la habitación 105, dejando solo al pequeño castaño que lloraba asustado.

CASO 105 [SOUKOKU]Where stories live. Discover now